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Rajoy no renuncia a otro rescate mientras busca el apoyo de la UE
El presidente del Consejo Europeo reconoce parte de culpa de la zona euro en el excesivo nivel de deuda que contrajo España
MADRID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy mantiene abierta la opción de pedir un rescate global de la economía española si la presión de la deuda persiste. Mientras, se propone afianzar el respaldo de Bruselas a la orientación de su política, con el compromiso de que España siga cumpliendo las exigencias de disciplina fiscal y aplicación de reformas. «Los problemas tenemos que resolverlos juntos», reconoció el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, tras un encuentro con el jefe del Ejecutivo español, el primero de una ronda de consultas con líderes comunitarios.
Los dos dirigentes aprovecharon el encuentro para expresar su confianza en el futuro del euro con todas las consecuencias. Que Grecia se vaya, o que se produzca la salida de otro país, «sería un fracaso colectivo de toda Europa», declaró Rajoy. Y a continuación rompió una lanza a favor del Gobierno del país heleno. «Está cumpliendo con sus obligaciones, y estoy convencido de que en esa línea va a seguir», afirmó el presidente del Gobierno español. «No hay duda de que el euro es irreversible y la presencia de Grecia también lo es», refrendó el dirigente de la Unión Europea.
En referencia a la crisis que no termina,Van Rompuy repartió culpas. Dijo que, si bien los problemas de España se gestaron dentro del país -el elevado endeudamiento privado es la principal causa de la desconfianza de los mercados-, quienes lo hicieron posible fueron las «deficiencias de la arquitectura» de la eurozona. Añadió que no se están negociando las condiciones de una ayuda adicional a España, y precisó que la iniciativa corresponde exclusivamente a su Gobierno. También señaló el camino a seguir.
El Banco Central Europeo ha anunciado su disposición a ayudar a España, evocó Van Rompuy, y si el Ejecutivo considera útil este ofrecimiento, las instituciones europeas emprenderán las acciones adecuadas. Y aprovechó para recordar que el instituto emisor es una entidad independiente, que hará lo que crea necesario sin salirse del marco de su mandato.
Rajoy remitió otra vez a la reunión que la dirección que el Banco Central Europeo celebrará el 6 de septiembre como punto de referencia. El instituto emisor concretará en esa fecha las 'medidas no convencionales' con las que se propone combatir la presión de los especuladores sobre la deuda de los países vulnerables. El presidente del Gobierno español ha reconocido en varias ocasiones que no tiene idea de en qué consistirán estas actuaciones, pero ha evocado las manifestaciones de Mario Draghi, presidente del BCE, cuando declaró que los costes de financiación de España son «inaceptables» y no se corresponden con los fundamentos básicos de su economía.
Draghi, por su parte, parece dispuesto a mantener las incógnitas hasta el último día. Incluso ha cancelado su asistencia al simposio que cada verano a finales de agosto se celebra en la localidad estadounidense de Jackson Hole, en el que intervendrán el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, y la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. La justificación ha sido la apretada agenda del dirigente en los días próximos.
Con Van Rompuy, Rajoy tuvo ocasión de reforzar sus tesis de que los proyectos europeos de unión bancaria y fiscal deben salir adelante cuanto antes. En que la unión bancaria esté en marcha en diciembre confía España porque permitirá a la Unión Europea disponer de un sistema único de supervisión de las entidades, así como de un mecanismo de recapitalización directa de los bancos, de un sistema de garantía de depósitos y de una autoridad de reestructuración y liquidación bancarias que operen en toda el área, lo que aliviará la presión.