Apuntes

El tranvía de la lechera

Los isleños siguen a la espera del transporte que les conecte con la Bahía pero el proyecto continúa paralizado

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El tranvía de la Bahía se ha convertido en una de las mayores estafas al ciudadano de los últimos años. Ya casi ni nos acordamos de las decenas de fotos que se hicieron los altos cargos de la Junta de Andalucía para inaugurar unos trabajos que, pasa el tiempo, y siguen eternizándose. La idea de unir en un anillo circular las principales localidades de la Bahía de Cádiz por tren es, sin duda, extraordinaria. Pero a lo que se ve imposible de ejecutar tanto por los numerosos problemas técnicos como, sobre todo, por los burocráticos, que han ido apareciendo a lo largo de los años. El litigio de la Junta con los vecinos de la calle Real de San Fernando, a los que se expropió, paralizó los trabajos durante meses, pese a que desde el gobierno andaluz se insistía en que se continuaban los trabajos.

El último escollo con el que se ha encontrado la Consejería de Obras Públicas en La Isla es la falta de energía con la que cuenta la ciudad para este medio de transporte. Un problema que lleva tiempo afectando a los comercios y que ahora vuelve a frenar el avance de los trabajos del tranvía.

Una muestra más de que esta obra, de enorme calado, no se ha gestionado bien desde el principio. Con total seguridad este inconveniente se podía haber previsto con mucha mayor antelación, pero la sensación que se transmite es que se trabaja a 'parches'.

Y los problemas no han surgido solo en San Fernando. En el tramo que lo une con Chiclana los trabajos avanzan de forma desesperadamente lenta y en el trayecto dentro del casco urbano chiclanero también hubo polémica sobre por dónde debía pasar.

Eso, sin contar con el tramo de entrada a Cádiz, en pleno puente de La Pepa, donde ni tan siquiera se ha colocado aún el tablero por el que circularán los vehículos. Al margen de los mismos se dejará espacio para que circule ese tren tranvía, aunque a la vista del ritmo con el que se están ejecutando ambas infraestructuras, resulta difícil predecir cuando podrán disfrutar de ellas los ciudadanos.