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¿Cuánta agua llevamos encima?
Dos empresas españolas participan en una investigación pionera que mide el consumo hídrico en la fabricación de tejidos Un informe desvela que para hacer unos pantalones se emplean 3.305 litros
VALENCIA. Actualizado: GuardarSi nos preguntan cuánta agua consumimos al día, la mayoría haríamos un cálculo somero sumando la que usamos para asearnos, fregar, cocinar o lavar la ropa. Pero, sin saberlo, cada uno de nosotros gasta diariamente una cantidad mucho mayor que, puesta negro sobre blanco, sorprende.
Por ejemplo, en la fabricación de un pantalón vaquero se emplean nada menos que 3.305 litros. Así lo desvela un estudio pionero en España que mide el consumo hídrico empleado en la fabricación de tejidos. «Es una cantidad elevada porque se trata de una prenda confeccionada en algodón, una planta que necesita muchísima agua para desarrollarse», explica Alberto Garrido, subdirector del Observatorio del agua de la Fundación Botín, entidad autora del estudio junto con El Corte Inglés y la participación de las empresas valencianas Royo y Aitex.
El proyecto analizó la llamada 'huella hídrica' del pantalón vaquero. Es decir, la cantidad de agua que se necesita desde el cultivo de la materia prima hasta que el producto final está listo para la venta en las tiendas. Para este caso, se estimó el consumo de tres tipos de recursos hídricos: el agua procedente de la lluvia que la planta evaporó y transpiró; la tomada de los ríos, embalses o recursos subterráneos y que no se devolvió a ellos, y la necesaria para diluir los productos químicos que llevaban las aguas devueltas. Y así se ha podido conocer también que para confeccionar un cinturón de piel hacen falta 2.200 litros de agua; 4.400 en el caso de un par de zapatos o 2.200 para un jersey de lana.
Demasiado gasto
En España, la 'huella hídrica' per cápita -es decir, la cantidad de agua empleada en los productos que consume cada persona- es de 2.325 litros. «Es una de las más altas del mundo si la comparamos con la de otros países», señala Garrido. La de China es de 700 litros y la de Estados Unidos -con un extensión diecinueve veces mayor y una población que sextuplica a la española- es de 2.500. El 70% del consumo hídrico individual en los países ricos se lo llevan los alimentos y el otro 30% a otros productos. Sin embargo el indicador depende no sólo del producto que consumimos sino de dónde, cuándo y de qué forma se ha producido.
Para entendernos, el consumo de agua de los españoles será diferente si comemos más lechugas que naranjas, pero también variará en función de si estas han sido cultivadas en la Comunidad Valenciana o Murcia, por ejemplo, o se han importado desde Sudáfrica. De hecho, el 36% de nuestra 'huella hídrica' se origina fuera de nuestro país.
Dentro de los productos alimenticios también se aprecian diferencias entre ellos. Las carnes necesitan más aporte que los vegetales pues no sólo se mide lo que bebe el animal sino también el consumo hídrico de pastos y piensos y la contaminación que producen. Un tomate, por ejemplo, necesita 125 litros de agua desde que se siembra hasta que lo disfrutamos en casa, mientras que un filete de vaca requiere unos 5.000, ya que un kilo de vacuno consume 15.400 litros.
Sostenibilidad
Una vez conocidos estos datos, surge inevitable la pregunta. ¿Es sostenible producir como lo estamos haciendo? La cantidad de agua disponible para las personas en la Tierra es constante, si calculamos la cantidad de moléculas de agua que hay en la atmósfera. No obstante, en algunas zonas, debido a la producción y al uso intensivo de recursos, pueden producirse situaciones de escasez. «Es necesario aprender a producir con menos agua y por eso es necesario que tanto empresas productoras como consumidores conozcan su huella hídrica y den el paso de disminuir su consumo».