PAN Y CIRCO

ABIERTA O CERRADA

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Un equipo se mueve porque en su conjunto, jugadores, técnicos, dirigentes, poseen creencias que conforman el modo de pensar y actuar de la colectividad, con mentalidad. Si se observa el comportamiento de cada uno de ellos, se puede subrayar cómo ven la situación de forma particular, y así se puede calificar la mentalidad de fuerte, débil, arcaica, abierta, cerrada, o ganadora, la que se necesita para impulsar cualquier proyecto de cantera ambicioso. Se debe poner al equipo en funcionamiento no solo en el aspecto deportivo, sino poner el énfasis en la preparación mental para lograr implicar, persuadir, motivar al colectivo hacia el logro del ascenso. Moverse por necesidad no es lo mismo que moverse por convencimiento, y para fortalecer la creencia de que se puede, es necesario que se programe en la cabeza de cada uno de los futbolistas los contenidos necesarios para tal fin: aprendizaje técnico, desarrollo motor y gestión emocional. Además deben asumir la responsabilidad de acostumbrarse a competir contra el miedo escénico en un estadio tan grande y de primera. Y debe ser sin duda, las más ambiciosa de las exigencias para el técnico.

Los equipos que se ven obligados a conseguir el objetivo, más por necesidad imperiosa de ascender, que por ocupar el lugar que le corresponde por méritos propios, se mueven quizás por necesidades económicas antes que deportivas, y esto puede llevarles a error, porque así lo que se consigue es desviar la atención de lo verdaderamente importante para conseguir el objetivo.

Conducir el equipo a una nueva mentalidad debe ser el trabajo prioritario hasta alcanzar la meta. Pero antes de cambiar la opinión del futbolista, es necesario conocer qué es lo que tienen dentro. Algo puede servir seguro. Y por si no se ha leído bien entre líneas - la mentalidad ganadora - es sustantivo y femenina. Algo que se ve poco en el banquillo, lo de femenina. Una mentalidad nueva para una nueva época.