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La violencia en Líbano se recrudece y deja ya 13 muertos

TRÍPOLI. Actualizado: Guardar
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El conflicto sirio ha reventado en Líbano el frágil equilibrio sobre el que se asienta su polvorín religioso. La violencia sectaria ha cruzado la frontera y amenaza con instalarse de nuevo sobre la convulsa ciudad norteña de Trípoli. Los enfrentamientos se cobraron ayer otras tres vidas a causa de las tensiones entre el barrio suní de Bab el-Tabbaneh y los habitantes de Yabal Mohsen, mayoritariamente aluíes, al igual que Bashar el-Asad. Las últimas víctimas elevan ya a 13 los fallecidos y a 146 los heridos desde el regreso de las hostilidades hace apenas cinco días.

Tras la relativa calma que tuvo lugar en Trípoli la noche del martes con la firma de un alto el fuego entre ambos bandos, los combates se reanudaron la pasada jornada con el asesinato a tiros del jeque suní Jaled el-Baradie. El ataque desencadenó la acción de francotiradores y llegaron a caer obuses sobre áreas alejadas de los barrios conflictivos. Como consecuencia, otras dos personas murieron y dos periodistas de la televisión Sky News Arabia -una canadiense identificada como Miriam Moon, y uno libanés, Husein Nahle- fueron heridos por disparos en la pierna y la cabeza, respectivamente.

Los choques, que dejaron también envueltos en llamas al menos seis comercios pertenecientes a aluíes, forzaron un incremento de la presencia de las fuerzas de seguridad. El refuerzo de la vigilancia se produjo después de que el primer ministro, Najib Mikati, pidiera a las Fuerzas Armadas que devolvieran la calma a la zona «a través de todos todos los medios necesarios».