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Los edificios de Aifos ya ven la luz al final del túnel
El bloque uno comenzará a entregar las viviendas en septiembre, cuando se espera que se reanuden las obras en la segunda de las construcciones Cala del Sol puede ser realidad tras más de cinco años de retraso
SAN FERNANDO. Actualizado: GuardarUna hilera de vallas rodean el edificio, mientras que un encargado de seguridad se encuentra pendiente en la puerta. Es una imagen habitual que no llama demasiado la atención, a menos que se trate del segundo bloque de la promoción Cala del Sol de Aifos, ubicada junto al muelle de Gallineras, que llevaba años abandonado a la intemperie. Uno de los símbolos de la caída del ladrillo (utilizado como ejemplo incluso por cadenas de comunicación extranjeras) ve la luz al final del túnel. Y es que, si no existe otro contratiempo, las obras del edificio podrían comenzar en el próximo mes, justo la misma fecha en la que se podrían entregar las primeras viviendas de su hermano gemelo, el bloque uno de la misma promoción, cuyos trabajos han llegado a su conclusión.
Un hito que parecía que nunca iba a llegar si se tiene en cuenta que las obras comenzaron en el año 2005 para que los propietarios pudieran disfrutar de los pisos en el 2007. Cinco años de retrasos y un calvario que, sin embargo, sigue sin acabar. Y es que son más de 300 los afectados y muchos ya dieron por perdidas las viviendas en busca de recuperar su dinero. Todo ello porque no se han respetado los contratos que Aifos había firmado en su momento, ni las cantidades que se dieron, puesto que no existía aval bancario y las viviendas no habían sido entregadas.
Es decir que en el caso del bloque uno, que ha sido terminado tras hacerse con él Banesto, los afectados tan solo han contado con una opción preferente para la compra de sus pisos, sin que contará lo que ya habían abonado por ellos. Lo único de lo que se han podido aprovechar es de la caída de precios del mercado, pero su dinero no lo verán.
Más de un año
Es precisamente lo que temen los propietarios del bloque dos, que están a la espera de ponerse en contacto con responsables de la entidad bancaria que se ha convertido en propietaria de la construcción, en este caso Unicaja. Pretenden llegar a un tipo de acuerdo con el que darle salida a los pisos de este edificio, al que aún le queda un largo camino. Actualmente lo único que se encuentra levantado es su armazón de ladrillo, por lo que aún le queda más o menos un año de obra.
Lo bueno es que la intención del banco por sacarlo adelante es firme, prueba de ello es la colocación de vallas y de seguridad para evitar más destrozos y actos vandálicos, cuando hace apenas un mes que se hizo con la propiedad. Según conocen los afectados, la intención es que las obras comiencen de inmediato y no se descarta que sea a lo largo del mes de septiembre. Lo que significa que las viviendas no serán entregadas hasta que acabe el próximo verano.
En este caso el retraso se prolongará en el tiempo, hasta los seis años, una realidad que ha convertido el sueño en pesadilla para muchas familias. Hijos que hipotecaron a sus padres, jubilados que dieron todos sus ahorros, embargos y acciones judiciales. Un periplo lleno de polémicas y de gestos curioso como el encadenamiento de uno de los propietarios al balcón de su piso, o que un afectado por poco se quedara con todo un bloque tras adquirirlo en subasta pública por un precio simbólico, proceso que fue suspendido al entrar Aifos en Concurso de acreedores.
Al menos ahora se ve una salida y el futuro se presenta con mayor esperanza, si bien los edificios siempre serán un símbolo de las consecuencias de la caída del ladrillo y la corrupción en este sector, puesto que el dinero que dieron no se invirtió para acabar sus pisos.