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La UE estudia copiar el modelo australiano en la lucha contra el tabaco
Las empresas del sector reivindican la libertad de elección y avisan que una medida así reduciría los ingresos del Estado
BRUSELAS / MADRID. Actualizado: GuardarLa Comisión Europea estudia vetar las marcas en los paquetes de cigarrillos, y en su lugar agrandar las imágenes con los daños que el hábito de fumar provoca en la salud, como parte de una propuesta para endurecer la ley antitabaco, indicó un portavoz del organismo. «La Comisión Europea prevé presentar este otoño una propuesta en la que se revisará la legislación» con respecto a los cigarrillos, señaló el portavoz comunitario Antony Gravili.
«Una de las propuestas que estudiamos es la posibilidad de impedir que las tabaqueras coloquen sus logotipos en las cajetillas, y las sustituyan por advertencias contra el hábito de fumar», añadió. No obstante, la iniciativa está aún en fase de estudio. Estas declaraciones acontecen después de que la Corte Suprema de Australia ratificara el miércoles la ley más estricta del mundo contra el hábito de fumar, que entrará en vigor a partir de diciembre y que impide a las tabaqueras colocar sus marcas en los paquetes de cigarrillos. En su lugar deberán ser remplazadas por cruentas imágenes de bocas o gargantas con cáncer.
Con todo, el portavoz comunitario aclaró que «no tiene ningún comentario que hacer sobre el caso australiano». A rebufo de lo que está haciendo Australia, Bruselas también sopesa la posibilidad de hacer que las imágenes que ilustran los efectos nocivos del tabaco tengan mayor tamaño que el actual, sin ahorrar dureza al consumidor de cigarrillos. La Mesa del Tabaco, órgano en el que están representados todos los sectores, como fabricantes de máquinas expendedoras, industria transformadora y estancos, expresó ayer su inquietud ante la posibilidad de que el ejemplo australiano tenga éxito y sea secundado por la UE. En caso de que así ocurriera, la organización sostuvo que ello abriría la puerta «a la falsificación y el contrabando de productos sin control sanitario».
Las asociaciones integrantes de la Mesa aseveran que el paquete genérico atentaría contra las «garantías» que conllevan las marcas, que permiten a los fumadores ejercer «su libre derecho de elección y de identificación». De paso, ocasionaría perjuicios al Estado, ya que el tráfico ilegal redundaría en una merma de ingresos, al tiempo que los menores tendrían un mayor acceso al consumo de cigarrillos.
El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) se felicitó por la decisión, al estimar que representa un gran paso en la guerra contra el tabaco. El portavoz de la organización, Francisco Camarelles, adujo que con la iniciativa australiana, que espera sea copiada por otros países, se protege a grupos más vulnerables a la publicidad y el marketing, como las mujeres y los menores. Camarelles destacó que cualquier fumador, al sacar su cajetilla, se convierte de facto en un soporte publicitario al exhibir la marca que consume. Por eso apostó por erradicar toda forma de publicidad del tabaco, al tiempo que abogó por sustraerse de los «estilos de vida» que postulan las multinacionales del sector.
El CNPT apuntó que la justicia australiana, al sentenciar a favor de la cajetilla genérica, inflige un castigo a la industria tabaquera allí donde más le duele: en la publicidad. No en vano, la inversión publicitaria es un arma poderosa de la industria del ramo, que se infiltra en el cine para hacer ver que fumar sigue siendo glamuroso.
La Organización Mundial de Salud (OMS) volvió a celebrar la el fallo «histórico» del alto tribunal australiano e instó a las autoridades sanitarias de otros países a que asuman el mismo modo de actuar.