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Romney elige a Paul Ryan para ocupar la vicepresidencia

El líder republicano se decanta por un hombre fuerte del Tea Party para movilizar al electorado en su batalla por la Casa Blanca

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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El peso del sector más conservador del Partido Republicano ha vuelto a ser decisivo en la elección del candidato a la vicepresidencia de la derecha estadounidense a la Casa Blanca. Si en los anteriores comicios John McCain se apoyaba en la naciente estrella del Tea Party, Sarah Palin, para disputar la presidencia a Barack Obama, Mitt Romney eligió ayer a otra figura en ascenso de este sector para tratar de movilizar a su apático electorado. Paul Ryan, un congresista de Wisconsin de 42 años, realizó su entrada triunfal en el 'ticket' republicano descendiendo por la pasarela de un viejo acorazado de la Segunda Guerra Mundial ahora convertido en museo en la base militar de Norfolk, Virginia. A los pies del 'USS Wisconsin' un eufórico Romney emuló un error de Obama en 2008 presentando a su pareja como «el próximo presidente de Estados Unidos».

La elección de Ryan no ha sido una sorpresa porque su nombre siempre apareció destacado en las quinielas, junto con el senador por Ohio, Rob Portman, el también senador por Florida, Marco Rubio, y la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice. Es posible que algunos de sus competidores partieran con más ascendente dentro del partido pero lo que nadie pone en cuestión es el sólido currículum de este hombre que llegó a Washington para quedarse a la edad de 27 años.

Presidente de la Comisión de Presupuestos de la Cámara de Representantes, su prestigio se consolida a raíz del cambio de mayoría en esa institución en 2010 donde impulsa la denominada 'hoja de ruta' de la derecha para reducir el déficit. Es, por tanto, uno de los mayores responsables del sistemático bloqueo de los conservadores a los planes de estímulo económico lanzados por el Gobierno o las llamadas de Obama a subir los impuestos a los ricos.

Mensajes alarmistas

El congresista de Wisconsin no es ampliamente conocido entre las bases republicanas pero su elección concitó una cómoda mayoría de apoyos. Mucho más exultante se mostró la derecha económica, que ve en Ryan el mejor garante de la filosofía de adelgazamiento del sector público y prolongar 'sine die' los bajos impuestos. Un editorial de 'The Wall Street Journal' lo consagra como el político «que mejor ejemplifica la naturaleza y lo que está en juego en estas elecciones». En la misma línea, 'The Weekly Standard', no ve ningún punto negro en la elección del «joven y enérgico Ryan».

El candidato conservador a la presidencia deshojó la margarita el pasado 1 de agosto, horas después de concluir su agitada gira por Londres, Polonia e Israel, y en la que no dio una a derechas. Cuando ayer le tocó el turno de poner en orden los calificativos hacia su número dos, el exgobernador lo consideró el «hombre adecuado para devolver la prosperidad y la grandeza a Estados Unidos». Luego tiró de una de sus recurridas frases alarmistas para cuestionar el liderazgo de Obama. «Vivimos en un momento peligroso. Nos estamos quedando sin tiempo y no nos podemos permitir el lujo de vivir otros cuatro años con esto», alertó.

Cuando el espigado congresista tomó el micrófono sus palabras se centraron en la economía, el capítulo que más domina y el que le ha dispensado un amplio abanico de apoyos en la capital federal, incluidos algunos demócratas. «Alto desempleo, ingresos bajos y un asfixiante déficit es la norma en la nación. Todo ello es el resultado de políticas equivocadas que cambiaremos a partir de enero».