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Egipto sella sus túneles hacia Gaza
Abuchean al presidente Mursi en el funeral de los soldados muertos en el Sinaí
EL CAIRO. Actualizado: GuardarMohamed Mursi recibió ayer su primer abucheo público en el funeral de los 16 soldados muertos en un atentado terrorista en el Sinaí. El presidente islamista no llegó a acudir a las exequias después de que el coche del primer ministro, Hisham Qandil, fuera atacado por decenas de manifestantes, que rompieron una luna del vehículo, le enseñaron las suelas de sus zapatos en señal de desprecio, y responsabilizaron a gritos a los gobernantes islamistas del atentado.
«La hermandad y Hamás son una sola mano sucia», gritó el pequeño pero ruidoso grupo de manifestantes versionando una de las consignas de la revolución. Los estrechos vínculos entre Hamás y los Hermanos Musulmanes, de los que procede Mursi, empiezan a pesar al presidente, que se ha encontrado en un complicado cruce de caminos. El Gobierno y el Ejército egipcio han asegurado que parte de los terroristas se infiltraron desde Gaza a través de los túneles que unen la Franja con el Sinaí. Mursi había prometido abrir sin trabas el cruce fronterizo de Rafah para dar a los palestinos de Gaza una salida al exterior, pero ayer Egipto comenzó a sellar los túneles que, hasta ahora, han servido para avituallar a la Franja.
Cómo lidie Mursi con el terrorismo islamista en el Sinaí será una de las grandes pruebas de su presidencia. Es precisamente ahí donde el mandatario podría verse atrapado entre dos bandos; por una parte el Ejército, que complicará la autonomía del nuevo presidente para intentar renegociar los acuerdos de Camp David -que desmilitarizaron la península- y por otro lado la cofradía, que tiene su propia agenda. Por lo pronto, ayer las fuerzas de seguridad comenzaron a detener a sospechosos del atentado en el norte del Sinaí y a revisar los casos de varios islamistas excarcelados en el último año por si tuvieran alguna relación con el ataque.
Hamás ha lamentado la muerte de los soldados, pero ha negado que los terroristas procedieran de Gaza y, como los Hermanos Musulmanes y otros grupos islamistas, ha culpado a Israel del ataque. Ambos grupos consideran sospechoso que el gobierno del país hebreo recomendara a sus ciudadanos hace unos pocos días que abandonaran el Sinaí por una alerta de seguridad.
Según declaró el primer ministro de Hamás, Ismail Haniye, Israel intenta dinamitar los intentos de acercamiento entre Egipto y los palestinos creando «una situación de permanente tensión en la frontera».
Israel considera «ridículas» y «frustrantes» las acusaciones vertidas por los Hermanos Musulmanes de que su servicio de inteligencia en el exterior, el Mosad, está detrás del ataque. «Nos frustra que cada vez, como siempre, haya quien recurra al camino más fácil, que es culpar a Israel», declaró el portavoz adjunto del Ministerio israelí de Exteriores, Lior Ben Dor.
En Egipto, un país donde por cada noticia surgen casi tantas teorías de la conspiración como opiniones, la versión de los islamistas cae en terreno abonado. Pero se disputa la popularidad con la teoría que asegura que han sido los socios de la cofradía en Gaza los que han llevado a cabo el ataque, como propugnaban ayer los que abuchearon al gobierno en el funeral.
Mursi evitó finalmente acudir al acto por motivos de seguridad, pero sí visitó a los soldados y policías heridos en el hospital, después de haber viajado el día antes al Sinaí para comprobar en persona los planes para recuperar el control de la península.