España y los aliados debaten apoyar una misión antiterrorista en Malí
Morenés se reúne con Alemania y Francia para definir la participación de la UE en la operación africana contra Al-Qaida
MADRID. Actualizado: GuardarLos socios europeos mantienen reuniones de alto nivel para definir la fórmula de participación en la misión militar de Malí, que aprobarán mañana varios países de la Unión Africana. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, se reunió a finales de julio con su homólogo alemán, Thomas de Maiziére, y en los próximos días lo hará con el francés Jean-Yves Le Drian para ultimar el apoyo que dará la Unión Europea a los 3.300 soldados africanos que combatirán la presencia de islamistas radicales en el norte de Malí, entre ellos la sucursal de Al-Qaida en el Magreb Islámico (AQMI).
Los aliados han intensificado las reuniones bilaterales después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, transmitiera a Morenés su «preocupación» porque el oeste del Sahel se convierta en el nuevo 'Afganistán africano', lo que generaría un «grave problema» de seguridad para España por tratarse del «patio trasero» de Europa.
Esta advertencia se produjo en el encuentro bilateral del pasado 24 de julio en el Pentágono, según fuentes gubernamentales. En esta cita Panetta calificó de mala noticia la proclamación del nuevo estado islámico de Azaward, al norte de Malí, donde se aplican las leyes integristas islámicas (sharia), y puso como ejemplo la paulatina extensión de la inseguridad a los territorios saharauis ocupados y a los campamentos argelinos de Tinduf. Con la vista puesta en el riesgo para los cooperantes europeos y españoles.
España y los socios europeos se han tomado muy serio esta advertencia de Estados Unidos y han mostrado su plena disposición a dar un apoyo «logístico» a la misión que mañana aprobará la Comunidad de los Estados de África Occidental (Cedeao), formada por 15 países de la región, entre ellos Costa de Marfil, Burkina Faso, Nigeria, Senegal o la propia Malí.
La intervención militar espera el aval del Consejo de Seguridad de la ONU y nace con la intención de restaurar el orden constitucional tras el golpe de estado militar del 22 de marzo. Además, pretende «liberar» la zona norte del país (las ciudades de Araouane, Kindal y Taoudenni), ocupadas por milicias radicales vinculadas a Al-Qaida en el Magreb Islámico y los rebeldes tuaregs, más nacionalistas que salafistas.
La Cedeao espera, asimismo, que dos países clave en esta operación, como son Argelia y Mauritania, den su apoyo y contengan a los insurgentes en sus fronteras en caso de que estos pongas pies en polvorosa ante la previsible presión militar.
Ayuda material
En gran medida, el consenso de los aliados sobre esta operación reside en el hecho de que no habrá militares europeos sobre el terreno. Así lo manifestaron Morenés y el alemán De Maiziére en la reunión del 30 de julio y lo ratificó el ministro de Defensa francés el pasado fin de semana.
«La intervención militar africana es ineludible. Francia no tomará una iniciativa militar (envío de tropas), pero apoyaremos la misión y espero que la UE también. Hay que evitar por todos los medios que esta parte de Malí se convierta en un 'Sahelistán' y los ingredientes se están juntando para que esto ocurra», señaló Jean-Yves Le Drian.
El ministro socialista reveló, además, que mantendrá un encuentro privado con su homólogo Pedro Morenés a mediados de agosto durante sus vacaciones en España. Una cita en la que debatirán qué tipo de apoyo «logístico» (material, inteligencia, formación o instrucción) tienen previsto darles a los soldados africanos.
El propio presidente francés, François Hollande, declaró el 14 de julio pasado que son los africanos los que tienen que determinar cuándo y cómo intervenir militarmente y prometió que Francia sería solidaría con los países afectados.
La buena sintonía de los países europeos para poner fin a la inestabilidad en el Sahel ya quedó patente con la puesta en marcha de la misión 'Eucap Níger', el pasado 1 de agosto.
Esta operación de asesoramiento y formación del Consejo Europeo servirá de apoyo para que Níger, Mauritania y Malí luchen contra el terrorismo y el crimen organizado con más y mejores medios humanos y materiales. Esto en la teoría, porque en la práctica se podría decir que la UE ya ha comenzado su estrategia para estabilizar el «patio trasero» africano.