Economia

La prima de riesgo vuelve a los 600 puntos y la Bolsa se despeña un 5%

Los analistas creen que España no tiene más salida que pedir ayuda al fondo de rescate a pesar del estigma que conlleva

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Créanme, será suficiente», aseguró hace una semana en Londres el presidente del BCE, Mario Draghi, cuando prometió que iba a hacer todo lo posible por salvar al euro y desató la euforia entre los inversores. Pero ayer ese optimismo se transformó en una profunda decepción después de que el Consejo de Gobierno del Banco Central no concretase ni una sola medida para aliviar a España e Italia y, lo que es más preocupante, condicionase cualquier acción futura a que estos países pidan ayuda al fondo de rescate y apechuguen con el estigma que ello conlleva. Para los mercados, desde luego, no es suficiente lo poco que el banquero italiano puso sobre la mesa.

Nada más empezar a hablar Draghi en su comparecencia de las 14.30, la prima de riesgo inició una escalada que terminó en los 594, de nuevo al borde de los 600 puntos. Sumó 58 puntos en la sesión, con lo que se comió toda la mejora lograda después de que el presidente del BCE diera alas al optimismo con su mensaje de hace una semana. A Italia, que es considerada la siguiente pieza a caer tras España, le ocurrió exactamente lo mismo. Su prima de riesgo repuntó en 54 puntos hasta situarse en los 510.

La Bolsa trazó el mismo dibujo pero a la inversa. Es decir, comenzó a despeñarse con las palabras de Draghi y acabó con un desplome del 5%. Una vez más, la banca fue la que salió peor parada. Como en la prima de riesgo, el mercado de Milán compartió el castigo con el Ibex-35. Cedió un 4,6%. París y Fráncfort retrocedieron algo más del 2% mientras Londres redujo las pérdidas al 0,7%.

¿Y ahora qué? Los analistas consultados consideran que a España no le queda otra salida que pedir ayuda al fondo de rescate para que así el BCE actúe y compre bonos. Pero este paso que el Gobierno de Rajoy se resiste a dar entraña riesgos. «En primer lugar, el estigma que conlleva. Los inversores, una vez que has pedido el rescate, pueden sacarte del mercado y luego cuesta mucho volver. Ya se ha visto con Grecia, Portugal e Irlanda. Y eso te puede dejar años dependiente de la ayuda de la UE», apunta Joaquín Maudos, investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

En manos del BCE

El Gobierno de Rajoy ya tiene la mala experiencia del rescate a la banca, que solo contribuyó a aumentar las dudas sobre la solvencia de España. En este caso, además, hay incertidumbre añadida. Los fondos de rescate tienen una capacidad limitada. Al actualmente vigente, el FEEF, le quedan 148.000 millones y el MEDE, que se pondrá en marcha en septiembre, dispondrá de 500.000. Insuficiente para sostener a dos economías como Italia y España, que necesitan unos 900.000 millones hasta finales de 2013. La posibilidad de concederles una ficha bancaria para elevar su potencia de fuego quedó ayer descartada por Draghi. Así que la operación se salvamento quedaría en manos del BCE, el único con recursos ilimitados. Sin embargo, el Banco Central también está limitado por el Bundesbank, que ayer ya manifestó sus reservas. «Al final nos van a ayudar porque los bancos alemanes y franceses tienen una alta exposición a Italia y España. Pero tensarán la cuerda al máximo para imponer disciplina. Habrá duras exigencias», concluye Maudos.

A pesar de las incógnitas que abre la apelación al fondo de rescate, no parece quedar otra opción. «El Tesoro tiene capacidad para aguantar unos meses, pero dudo de que el resto de la economía pueda seguir financiándose a estos desorbitados tipos de interés», apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi para España. Hay que recordar que la escalada de la prima de riesgo también afecta a las empresas.

Así las cosas, España parece abocada a recurrir al fondo de rescate y aceptar las condiciones que se le impongan en el memorando de entendimiento. Ahí surge la siguiente gran pregunta: ¿qué nos van a pedir a cambio? Rajoy acaba de aprobar un ajuste de 65.000 millones de euros, pero podrían apretarle en los plazos para que ponga en marcha con la máxima celeridad lo ya anunciado. «En este sentido, el espaldarazo del FMI, que aseguró el miércoles que no hacen falta nuevas exigencias para España, es muy positivo», señalan en Ahorro Corporación.