El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ayer. :: EFE
Sociedad

Un obispo pide a los ciudadanos donar una paga extra a Cáritas

Munilla denuncia que «las administraciones han gastado un dinero que no tenían y han comprometido el futuro de generaciones»

SAN SEBASTIÁN. Actualizado: Guardar
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El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, utilizó ayer la máxima de San Ignacio de Loyola, «en todo, amar y servir», para efectuar una «invitación especial» a los ciudadanos a que hagan un «esfuerzo solidario» con quienes más están padeciendo las consecuencias de la crisis económica. Lo concretó en que donen a Cáritas una paga extra, un día al mes del sueldo o hagan una donación puntual en favor de los más desfavorecidos.

El prelado ofició en el santuario de Loyola la tradicional misa mayor con motivo del Día de Guipúzcoa. Su homilia, ante cientos de fieles que abarrotaban el templo, estuvo centrado en la crisis económica. Al igual que hizo en 2010, ayer eludió las cuestiones políticas, mientras que el año pasado abogó por la disolución de ETA, el «arrepentimiento y el perdón» de los presos y «una reconciliación que permita sanar heridas».

El prelado aseveró que «no estamos ante una crisis como tantas otras que nos han precedido», sino que «nos enfrentamos con un reto que cuestiona los fundamentos en los que hemos basado nuestro desarrollo». Subrayó que «en la medida en que Occidente ha ido perdiendo sus raíces cristianas, progresivamente ha invertido sus valores, colocando el 'tener' por encima del 'ser'». Consideró que éste ha sido «el motivo último» por el que ahora la sociedad se encuentra «al borde de la quiebra».

En este punto, censuró que, de una forma bastante generalizada, las administraciones «han gastado el dinero que no tenían, endeudando a las instituciones públicas y comprometiendo el futuro de las generaciones venideras». Además, denunció que los bancos, cajas de ahorros e instituciones financieras «sustentaron sus escandalosos beneficios anuales, sobre unos cimientos de una economía irreal, ficticia e insostenible». Agregó que «los sueldos con los que fueron blindados los consejos de administración han sido inmorales».

Munilla quiso dejar bien claro que, a su juicio, la mala situación económica no es solo responsabilidad de los de «arriba», sino que se trata de «un pecado del que todos hemos sido cómplices». Puso como ejemplo que los ciudadanos «han comprado lo que no necesitaban, pagando con un dinero que no tenían. «Tenemos que reconocer que hasta en los niveles más populares se le había otorgado carta de ciudadanía al fraude fiscal».

Tras lamentar que «proliferan los especuladores que hacen fortuna de la crisis», recalcó que en la situación actual «las políticas de ahorro se nos imponen de forma imperiosa», y advirtió de que «pecan de hipocresía quienes se resisten a reconocer esta realidad». Hizo un llamamiento a la austeridad en estas vacaciones de verano.

El obispo de San Sebastián insistió en que la situación creada requiere de «un sacrificio colectivo para su sanación».