La industria farmacéutica respalda adecuar los envases al tratamiento
El Gobierno pretende lograr un «impactante» ahorro económico con esta medida, que de momento afectará a casi 150 antibióticos
MADRID. Actualizado: GuardarEn un plazo de seis meses, casi 150 antibióticos tendrán que adaptar sus formatos al periodo del tratamiento de la enfermedad del paciente que los toma. Esta medida adoptada por el Ministerio de Sanidad pretende ajustar el número de unidades de los envases a las necesidades de los pacientes, una de las quejas habituales de los consumidores, y que además logrará un ahorro derivado de una mayor racionalización. La industria del sector no ve con malos ojos la iniciativa y coincide con el Ejecutivo en la necesidad de garantizar la sostenibilidad del sistema, pero advierte de la necesidad de mantener la «viabilidad» de estas empresas.
En 2010 se reciclaron en España una media de 74,4 kilos de medicinas por cada 1.000 habitantes, lo que supone un total de 3.496 toneladas. De todas ellas, un 30% eran envases que ni siquiera se habían abierto, según datos de SIGRE, los encargados de este proceso. Ahora el Gobierno quiere acabar con este problema tradicional de los fármacos y poner punto y final a los botiquines de los hogares repletos de medicamentos sobrantes de tratamientos concluidos. La iniciativa se realizó por un grupo de trabajo liderado por la Agencia Española de Medicamentos junto con las principales sociedades científicas de médicos y farmacéuticos, como la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria o la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria, entre otras.
El Gobierno ha conseguido el apoyo de la patronal de las farmacéuticas, que respalda todas las medidas encaminadas a garantizar el sistema nacional de salud. Farmaindustria aboga por «un uso racional de los medicamentos» y pide concienciar a la gente del buen uso de ellos. Pero también avisa a Sanidad de la necesidad de conjugar el acceso de los pacientes a los mejores tratamientos con la «estabilidad empresarial de la industria farmacéutica». Y es que recuerdan que al final será cada laboratorio el que tendrá que evaluar la repercusión que le supondrá esta decisión en función de la fabricación de productos que se vean afectados.
Por su parte, Sanidad asegura que la medida tendrá un «importante ahorro económico, especialmente en las actuales circunstancias» de crisis. Esta decisión se enmarca en un momento delicado en el que el Ministerio que dirige Ana Mato está revisando la cartera básica de salud de la que pretende retirar más de 400 fármacos. Por eso, el objetivo del Ejecutivo con esta nueva iniciativa es lograr que el número de unidades de un medicamento dispensadas a un paciente sean las estrictamente necesarias para la patología o síntomas que padece. Es decir, evitar sufragar una segunda compra de un envase que posteriormente no será amortizado. Y es que según un informe del Gobierno británico, en el que se analizó el consumo de medicamentos en 14 países, España era el segundo que más fármacos demandaba, solo por detrás de EE UU.
Fármacos obsoletos
Los expertos aseguran que este desfase entre las dosis y la duración del tratamiento afecta sobre todo a medicamentos autorizados hace varios años cuyos formatos han quedado «obsoletos» por los cambios en la práctica clínica.
Aunque el grupo de trabajo se ha concentrado en los antibióticos por ser los fármacos más utilizados por los pacientes, pero tienen claro que esta adecuación afectará a cualquier productos en el que registren esta distorsión. El listado autorizado por Sanidad afecta a los fármacos de 24 principios activos entre los que se encuentran la doxiciclina o la amoxicilina. Sin embargo, en la mayoría de los casos lo que ocurre es que cada envase aumenta el número de unidades para evitar una segunda compra. Por ejemplo, un fármaco de cloxacilina de 500 mg que en el formato actual tiene 30 cápsulas aumentará a 40. O una doxicilina de 100 mg pasará de 16 componentes a 21.