Mitt Romney atribuye el diferente desarrollo de Israel y Palestina a «la providencia»
El aspirante republicano a la Casa Blanca identifica en Jerusalén los logros hebreos con los de los «creados a semejanza de Dios»
JERUSALÉN. Actualizado: GuardarEn palabras del Nobel de la Paz Lech Walesa, el aspirante republicano a la presidencia de EE UU es «una persona con valores». Una condición necesaria pero quizá insuficiente para explicar que Mitt Romney atribuyera ayer a «la providencia» las abismales diferencias económicas que separan a Israel y Palestina. «Cuando uno viene aquí y ve el PIB por habitante, por ejemplo en Israel, de 21.000 dólares (17.100 euros), y lo compara con el de las zonas bajo control de la Autoridad Palestina, de 10.000 dólares (8.100 euros), uno se da cuenta de la tremenda diferencia de vitalidad económica», aseguró Romney en Jerusalén, la ciudad que el sábado había calificado como «la capital» del Estado hebreo cuando incluso la Embajada estadounidense está en Tel Aviv.
El rival conservador de Barack Obama citó «el poder de la cultura» y la perseverancia judía ante la adversidad para explicar «los logros de esta nación». «Estoy enormemente impresionado por la mano de la providencia, allá donde decide reflejarse, y por cómo quienes tienen un objetivo por encima de ellos mismos son capaces de construir y lograr cosas que solo hacen las especies creadas a imagen y semejanza de Dios», indicó Romney poco antes de partir hacia Polonia, última escala de su gira internacional.
En realidad, la disparidad entre israelíes y palestinos es mucho más severa que la referida por el político estadounidense. El PIB per cápita en Israel es de 31.000 dólares (25.100 euros), y de 1.500 dólares (1.200 euros) en Palestina, según los datos del Banco Mundial que facilita la agencia AP. Romney olvidó considerar que Tel Aviv controla de hecho desde la guerra de 1967 Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este y, aunque abandonó la Franja en 2005, mantiene un férreo bloqueo al territorio gobernado por Hamás. Tanto el Banco Mundial como el FMI sostienen que la economía palestina solo podrá crecer si Israel levanta las restricciones.
Para los palestinos, las declaraciones de Romney «premian la ocupación y la agresión», entorpecen el camino hacia la paz y «contradicen las posiciones del Gobierno de EE UU». La situación ideal para un republicano que quiere atraer al voto judío que tradicionalmente respalda a los demócratas.