Rebeldes sirios rodean un tanque capturado al Ejército en la ciudad de Anadan, a solo cinco kilómetros al noroeste de Alepo. :: JUNOT DÍAZ/ AFP
MUNDO

Masiva huida de Alepo por miedo a la ofensiva de El-Asad

Más de 200.000 sirios dejan la capital económica del país, mientras continúan los combates por tercer día consecutivo

GINEBRA. Actualizado: Guardar
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Más de 200.000 personas han abandonado Alepo, la capital económica de Siria, durante el último fin de semana como consecuencia de los duros combates entre las tropas leales al presidente Bashar el-Asad y los grupos rebeldes armados. Para Naciones Unidas (ONU), la situación es «extremadamente preocupante» para la población civil, sobre todo por los bombardeos y el incesante uso de armamento pesado en las ofensivas de los últimos días. Valerie Amos, subsecretaria general de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, añadió que «no se sabe cuánta gente sigue atrapada en lugares donde continúan los combates». «Mucha gente ha buscado refugio temporal en escuelas y edificios públicos en áreas más seguras», especificó. «Recuerdo a todas las partes sus obligaciones bajo las leyes internacionales humanitarias y de derechos humanos, y les urjo a que muestren contención y eviten más baños de sangres», advirtió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

«Los residentes de los barrios bombardeados están huyendo. No hay combustible ni harina, pero sí algo de agua, verdura y electricidad. Los medicamentos y doctores escasean, y los heridos más graves están siendo trasladados a Turquía», desveló Mayid Abdelnur, líder opositor local, a la agencia Efe.

Y es que ayer se repitieron por tercer día consecutivo los enfrentamientos en Alepo. Los choques más fuertes tuvieron lugar en los barrios que controla el Ejército Libre Sirio (ELS), como Salahedin, Bab al-Hadidi, Hamedin, Akiul Shar y Al-Sajur. Las tropas del régimen dijeron haber matado a «un gran número de terroristas», en referencia a los grupos de rebeldes. Mientras tanto, los opositores aseguraron que habían avanzado posiciones y que se apoderaron de un importante arsenal de armas. Pero los enfrentamientos también se repitieron en otros puntos del país, como Damasco, Homs, Deraa o la provincia de Raqqa. En total ayer murieron 44 personas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

No hubo víctimas, pero uno de los ataques más sonados fue el que sufrió el pasado domingo el recién nombrado jefe de la misión de observadores, el general senegalés Babacar Gayé. Ban Ki-moon denunció el «doble asalto» sufrido por el convoy -formado por «una docena de vehículos»- que acabaron «destruidos totalmente». «Es realmente afortunado que nadie resultase herido», afirmó en una rueda de prensa en Nueva York.

Decisión turca

Las filas de leales a El-Asad cada vez están menos pobladas. Ayer, un subcomandante de la Policía de Latakia -junto a otros once altos cargos del Ejército sirio- cruzó la frontera con Turquía. La localidad costera de Latakia es un importante punto estratégico del régimen y desde donde prepara una nueva ofensiva para recuperar el terreno perdido.

Por su parte, el Ejército turco está aumentando su presencia en la frontera que comparten ambos países. Envió un convoy compuesto por 20 camiones que trasladan vehículos blindados, baterías de misiles y tropas hasta la provincia de Kilis. De esta forma buscan, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan busca reforzar la seguridad en una región de mayoría kurda y en la que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) estaba aprovechando la situación bélica en el país vecino para apoderarse de terreno a las tropas otomanas.