El zar de la economía de la isla
Marino MurilloPresidente de la Comisión para el Desarrollo
LA HABANA. Actualizado: GuardarMarino Alberto Murillo es el zar de la economía cubana. Sobre este hombre de 51 años recae la responsabilidad de marcar y supervisar las medidas de lo que en Cuba llaman la «actualización del modelo de desarrollo económico-social», que no es otra cosa que las reformas emprendidas desde hace cuatro años bajo la batuta del presidente Raúl Castro para que el país comunista no caiga al «abismo», como advirtió en su momento el general.
Murillo fue 'liberado' de sus funciones como titular de Economía y Planificación en 2011 para convertirse en un 'superministro' desde su puesto de presidente de la Comisión Permanente para la Implementación y el Desarrollo. Su tarea consiste en «supervisar la implementación de las medidas asociadas a la actualización del modelo económico cubano», según la nota oficial que comunicó el relevo. También debe encargarse de dar forma y armar el entramado legal que sustenta los cambios.
A esta alta responsabilidad llegaba después de desempeñar varios cargos en el Ministerio de la Industria Alimenticia y ser viceministro y ministro de Comercio Interior de 2006 a 2009, cuando fue designado titular de Economía y Planificación y elegido diputado en la Asamblea Nacional del Poder Popular. El 20 de diciembre de ese mismo año también fue designado para formar parte del Consejo de Estado.
En marzo de 2011, Murillo fue catapultado al rango de vicepresidente del Consejo de Ministros y dejó su cargo en Economía a Adel Izquierdo Rodríguez, su hasta entonces viceministro. También es miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba desde su sexto congreso, celebrado en abril del año pasado.
Como en ocasiones anteriores, Marino Murillo tuvo una intervención destacada en la reciente sesión del Parlamento cubano. Su misión, además de hacer balance, es defender y explicar las medidas que se ponen en marcha o que «hay que» adoptar en la actual etapa de remozamiento de la revolución castrista.
La tarea de Murillo es dirigir la «conceptualización del modelo a largo plazo», incluyendo los instrumentos necesarios para «lograr eficiencia en la economía, pero preservando la propiedad socialista de los medios de producción».