ESPAÑA

¿ES SOSTENIBLE?

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La agencia Reuters informaba el viernes de que el ministro De Guindos habría expresado privadamente a su colega alemán en la cena que mantuvieron en Berlín, que España podría necesitar ayudas por un importe de 300.000 millones de euros.

Habiéndose ya solicitado 100.000 millones para atender al sector financiero, la nueva cifra, equivalente al 30% del PIB, tendrá que estar fundamentada en las necesidades del sector público. ¿Cuál es la parte que se debe a nuestra forma de organización territorial? ¿Radica la vulnerabilidad de las cuentas públicas en la situación financiera de las CC AA? ¿Es sostenible el modelo? No se puede responder en espacio tan limitado a tales cuestiones, pero sí refrescar datos y sugerir algunas respuestas. Las CC AA controlan más de una tercera parte del gasto público, 10 puntos más que países tan descentralizados como Alemania o Bélgica. La deuda autonómica (140.000 millones) representa el 13% del PIB, el doble que en 2007, pero con reparto muy desigual. Cataluña y Valencia, el 20%. Al otro lado, País Vasco y Madrid con el 8%. La deuda aumenta con el déficit. En 2011 añadió 35.700 millones. Este año sumará otros 15.000 millones. ¿Quién la financia? Al 50% bancos y deuda emitida. En el segundo semestre hay que devolver 15.800 millones, a lo que sumar el nuevo déficit. Simplemente no podrán. Hay y habrá imposibilidad de atender pagos corrientes. Como resulta que el 60% de los gastos totales de las CC AA se dedican a sanidad y educación, es ahí donde más se está notando. Con la financiación cerrada, solo cabe esforzarse al máximo en reducir el déficit, pero tampoco así será suficiente. En resumen, en las actuales circunstancias el modelo está colapsado. Incorporemos 55.000 millones de deuda no financiera, la mayor parte con el sector farmacéutico y sanitario, y añadamos otros 14.000 millones de las empresas públicas autonómicas cuya deuda no consolida como deuda pública y pasamos del 13 al 20% del PIB.

Suficiente para decir que en un horizonte previsible el modelo no es sostenible. Los símbolos son importantes, pero no es a base de eliminar coches oficiales, o reducir el número de diputados regionales, o de bajar el sueldo a los funcionarios cómo se repara el modelo. Mucho menos la solución puede encontrarse en elevar impuestos. Con unas y otras medidas, lo que se está haciendo es dar una respuesta coyuntural, nada trasformadora, que reproduciría inmediatamente las carencias si un milagro obrase la vuelta al crecimiento. Tampoco es posible la centralización. Ni es políticamente concebible, ni es el deseo de los españoles, y desde luego no lo es en partes esenciales de España, si queremos que sobreviva unida a este envite. No es necesario y, desde luego, no sería eficiente.

Se han creado fronteras políticas que se han superpuesto a espacios económicos. Espacios económicos que podrían mejorar sustancialmente la eficiencia si no se interpusiese la frontera autonómica. Eso no significa borrarla. Se trata de superarla. Como pretende hacerse en Europa. Nada más universal que la sanidad, donde mayor está siendo el ajuste y donde más se compromete a largo plazo la sostenibilidad del Estado de bienestar. Por eso es urgente mejorar y reforzar el gobierno de todos aquellos organismos interterritoriales destinados a coordinar las competencias de las CC AA. Desde ahí serán posibles los cambios estructurales. Tenemos organismos que no funcionan de modo eficiente. No es problema de tamaño sino de eficiencia. Cuanto antes tomemos conciencia de que el sistema autonómico es parte esencial de la solución del problema económico, antes empezaremos a ver la luz al final del túnel.