Angela Merkel y François Hollande, en una ceremonia celebrada el pasado 7 de julio en la ciudad francesa de Reims. :: JACKY NAEGELEN / EFE
Economia

El Eurogrupo estudia un plan con el BCE para comprar deuda española e italiana

El categórico apoyo de Merkel y Hollande a España prolonga la mejoría en los mercados

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Angela Merkel y François Hollande también parecen decididos a volcarse para garantizar la estabilidad de la zona euro. Siguiendo la estela del presidente del BCE, Mario Draghi, los líderes del eje franco-alemán prometieron ayer que harán «todo lo necesario» para proteger la moneda única. El categórico compromiso del doble corazón de Europa presagia medidas inminentes para ayudar a España e Italia, aunque todavía no se conoce la letra pequeña. Pese a esta indefinición, ya circula un plan conjunto del fondo de rescate y el emisor de la moneda única para acabar con las tensiones en los mercados. Ambos organismos unirían fuerzas para comprar deuda y mantener bajo control las primas de riesgo.

La declaración conjunta de Merkel y Hollande prolongó el optimismo en las bolsas. Las principales plazas europeas, que empiezan a dejar atrás las angustias de principios de semana, cerraron por segunda jornada consecutiva con importantes incrementos. El Ibex-35 se apuntó un 3,91%, la tercera subida más potente del año. Las buenas vibraciones también animaron la prima de riesgo, que cayó 26 puntos hasta situarse en los 535. Los intereses del bono a diez años se alejaron aún más de la barrera fatídica del 7% hasta terminar algo por encima del 6,7%.

Los líderes de Francia y Alemania analizaron la delicada situación de la zona euro durante una conversación telefónica. La principal conclusión de la entrevista fue que toda Europa apuesta por movilizarse para evitar nuevas tensiones en los mercados. Al igual que Draghi en su intervención del jueves, en la que juró hacer todo lo posible para defender la moneda única, Merkel y Hollande insistieron en su «profundo compromiso» con la estabilidad del bloque. «Haremos todo lo necesario por proteger al euro», remarcaron. Más allá de las interpretaciones económicas, el paso conjunto tiene hasta una dimensión política porque el inquilino del Elíseo y su homóloga germana no han compartido una visión común en los esfuerzos por resolver los desafíos de la crisis.

La renovada contundencia del eje franco-alemán supone un espaldarazo para España e Italia, inmersas en una lucha por conservar la confianza de los inversores. Merkel y Hollande apostaron por poner en marcha «rápidamente» los acuerdos de la cumbre europea de finales de junio. En aquella cita, los socios sentaron las bases de la unión bancaria, uno de los mayores avances en la integración de las últimas décadas. Los mercados recibieron con euforia el plan, pero su decepción se disparó afectando a los países más vulnerables cuando se supo que su aplicación se retrasaría. Ahora, la cuestión vuelve a contar con la máxima prioridad y Europa podría estrenar un supervisor financiero común a primeros de 2013.

En su encuentro de finales del junio, los 17 miembros de la zona euro también acordaron actuar con determinación para atajar la inestabilidad en los parqués. Se pactó flexibilizar el uso de los fondos de rescate, medida que se ha quedado corta a la luz de las últimas turbulencias. Todavía se encuentra en fase de estudio, pero los socios trabajan ya en un nuevo plan con el BCE para poner a salvo a España e Italia. La iniciativa, desvelada por 'Le Monde', implicaría que los mecanismos de emergencia comprarían deuda de ambos países en el momento de su emisión para asegurarse de que se financian a intereses razonables.

La tarea del banco central se centraría en los mercados secundarios, donde se revenden los títulos hasta su vencimiento. Ahí, el BCE intervendría como ha hecho en otras ocasiones para que la prima de riesgo se mueva en niveles moderados. El diario francés sostiene que estas medidas se completarían con una ambiciosa remodelación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), el fondo de rescate permanente que estará operativo en agosto. Dotado actualmente con medio billón de euros, recibiría una licencia bancaria para que pueda obtener liquidez en el BCE hasta contar virtualmente con recursos inagotables.

Ajustes obligados

Si todo este plan se llevara a la práctica, la UE contaría de una vez por todas con el bazuca que le han pedido los analistas para dominar a los mercados. El problema es que no todos los países están en la misma sintonía. Alemania se ha opuesto durante meses a estas medidas, aunque existen signos de que podría cambiar de opinión. Ayer, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, aplaudió la determinación del BCE pero recordó que queda camino por recorrer. Aseguró que la «condición» para que el banco central intervenga es que «los políticos apliquen las medidas necesarias para superar la crisis financiera y de confianza».

Schäuble se vio el martes con De Guindos cuando los mercados más se cebaban con España. Según Reuters, en esa cita el ministro de Economía le reconoció que el país estaba al límite y que podría necesitar un rescate integral de 300.000 millones. Ahora, el fantasma del salvavidas global parece más lejano, aunque Schäuble le contestó que Europa no podría hacer frente a ese esfuerzo hasta la entrada en vigor del Mede. El Gobierno desmintió tajantemente que se hablara del rescate, un escenario que muchos medios europeos siguen dando por hecho si la UE no termina de espabilar.