EL RAYO VERDE

CONFUSIONES

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Arrepentíos, que el fin del mundo se acerca. Algo debe pasar en estos tiempos de hecatombe, porque uno de los signos del Apocalipsis es la confusión de los sexos y ayer en el Parlamento andaluz, aunque se podía distinguir masculino y femenino, era difícil acertar quién gobierna y quién está en la oposición. Es más, cualquiera diría que el que manda es Zoido, el flamante presidente del PP andaluz, que se estrenaba en la tribuna. Recibió en sus carnes todos los mandobles dirigidos a Rajoy que le propinaron los demás oradores: el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, Francisco Álvarez de la Chica, portavoz parlamentario socialista, también debutante ayer, e Ignacio García, portavoz de IU-CA. Estos, a su vez, parecían la furiosa oposición y no el Ejecutivo en ejercicio.

Los discursos entraron en un bucle melancólico de culpas y herencias, de pormenorizado análisis coyuntural, apenas animado con el anuncio de Griñán de que pedirá una financiación especial, o todo lo especial posible, y a anunciar un Pacto por Andalucía que comenzará a negociar en septiembre. Aunque terminó diciendo que ese acuerdo es «para transmitir confianza, y seguro que lo va a hacer», los periodistas con memoria recordaban propuestas anteriores de poco efecto práctico.

El tono duro del presidente hizo exclamar al jefe de la oposición que ya había saltado por los aires el buen rollo del encuentro que mantuvieron el día anterior. En esa tensión acercamiento/confrontación vivimos y hay que acostumbrarse. No se espera que la reunión del lunes entre Rajoy y Griñán vaya a suponer un cambio radical.

Juan Ignacio Zoido tenía todos los focos encima por ver cómo recogía el testigo de Javier Arenas. Este llegó a la segunda parte de la sesión, porque venía de su despacho de Génova, donde ya está plenamente incorporado. El rol de Zoido en la tribuna será importante para ver cómo se desenvuelve la transición interna en el PP-A y hasta cómo el Gobierno mide los tiempos. Los socialistas intentarán aprovechar la debilidad del rival y ayer creían que su jefe se había «merendado» al contrario. A Zoido le queda, sin duda, acostumbrarse a su nuevo papel y abandonar el chip de alcalde de Sevilla cuando se suba al estrado.

También será interesante para el futuro del PSOE el papel que puede jugar Álvarez de la Chica en su portavocía, no tanto por dar soporte al Gobierno, que ya tiene en Griñán un espada sobrado, como para ver cómo se sitúa la 'segunda línea'.