Unos escolares pasan en los Altos del Golán ante un poste que indica la cercanía de Damasco. :: AFP
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La oposición intenta crear una zona segura en Alepo

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Hace una semana la oposición cantaba victoria y lanzaba una ofensiva armada para hacerse con la capital tras un atentado que costó la vida a la cúpula del aparato de seguridad del régimen. El fin parecía estar cerca y muchos soñaban con la cabeza de El-Asad como regalo de ramadán, pero tendrán que esperar. El Ejército hizo despegar sus helicópteros, desplegó sus blindados en los barrios con presencia de opositores armados y una semana después la operación bautizada como 'volcán de Damasco' por el Ejército Sirio Libre (ESL) parece sofocada. Pero las fuerzas de Bashar el-Asad se tienen que multiplicar para aplacar los fuegos que van surgiendo en el país. Ahora es el turno de Alepo, la segunda ciudad siria y auténtica capital comercial, en la que desde hace 48 horas se vive una lucha similar a la que registró Damasco y en la que, según la cadena BBC, se han empleado por primera vez aviones de combate.

Los opositores tienen Alepo señalada desde el inicio de la revuelta como el lugar ideal para crear una especie de Bengasi sirio, es decir, una zona 'liberada' desde la que poder dirigir sus operaciones. La propia secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, se refirió a esta posibilidad y pidió «trabajar codo con codo con la oposición porque cada vez tiene más territorio bajo control» y esto podría ayudar a conseguir un «refugio seguro» desde el que organizar mejor la lucha contra el régimen. Los cascos azules de la ONU, que permanecerán al menos un mes más sobre el terreno, recibieron la visita del subsecretario general para Operaciones de Paz, Hervé Ladsous, que voló a Siria para evaluar esta escalada en los combates.

Nombramiento

El Asad se repone a marchas forzadas de la pérdida hace una semana de su cuñado y número dos oficioso del aparato, comandante Assef Shawkat; al ministro de Defensa, general Abdela Rajha; al general Hassan Turkmani, exministro de Defensa y antiguo jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, y al responsable de la agencia de seguridad nacional, Hisham Ikhtiar. El presidente ha recurrido al general Ali Mamluk para sustituir a este último y poner en sus manos la dirección de una agencia clave para la supervivencia del régimen.

El hasta ahora jefe de la seguridad del Estado -una de las múltiples agencias de un sistema opaco y diversificado en múltiples brazos desde la época de Hafez el-Asad, que buscó las rivalidades internas para evitar una conspiración en su contra- estuvo a cargo de la lucha antiterrorista y las relaciones con los servicios secretos extranjeros, pero era una época en que las relaciones eran menos tensas con Occidente.

Mientras el combate sigue abierto aumenta el drama al que se suman diez mil refugiados iraquíes que han optado por abandonar Siria y regresar a su país de origen.

Al noroeste de Hama, unos 30 civiles fueron fusilados por las fuerzas del régimen al entrar en una mezquita. Los fieles iban a realizar el rezo del Ramadán y las fuerzas El Asad que estaban haciendo un control de carretera comenzaron a dispararles, según denunciaron activistas opositores a Reuters.