PUÑALADAS
Actualizado: GuardarEl sábado por la noche había alrededor de 1.500 jóvenes en el 'botellódromo', explanada situada frente al parque González Hontoria de Jerez. Y eran bastantes menos de los que se suelen reunir allí fuera de los meses de verano. Los chavales se dan cita allí con el único objetivo de divertirse bebiendo, y, en la mayoría de los casos, con una serie de premisas claras: cuanto más y más barato, mejor. No es algo nuevo. Hace ya muchos años que la zona es conocida en esta ciudad por eso, por albergar multitudinarias, bulliciosas y movidas veladas nocturnas los fines de semana en un terreno específicamente destinado a dicha actividad. Por lo tanto, el debate sobre cómo afrontar la situación no es nuevo.
Lo que pasó cuando faltaban 13 minutos para que las agujas del reloj marcasen las dos de la madrugada, recién estrenado este pasado domingo, ha avivado lógicamente la controversia. Un menor de 17 años de edad murió víctima de una puñalada asestada, presuntamente, por un joven de 18. Ahora ponemos el grito en el cielo, nos echamos las manos a la cabeza y decimos que se veía venir. Es lo habitual cuando sucede algo así, que nos rasguemos las vestiduras, en definitiva. Clamamos justicia y buscamos culpables. Necesitamos descargar nuestra ira, nuestras frustraciones y nuestros miedos en alguien. Y si es en más de uno, mejor.
El Ayuntamiento dice ahora que baraja suprimir el 'botellódromo', porque afirma que la fórmula ¿? «ha fracasado», y que apostará por actividades de ocio alternativo. Mucho me temo que no será una solución definitiva. Los chavales que quieran seguir divirtiéndose de esta manera buscarán un emplazamiento alternativo.
Lo del 'botellódromo' este pasado fin de semana sucedió apenas cinco días después de otro episodio violento en Jerez, aunque no trascendió hasta ayer. Fue también una puñalada. Afortunadamente, en aquella ocasión no hubo que lamentar ninguna muerte. La víctima 'solo' sufrió heridas graves en un costado. El presunto motivo de la agresión estremece igualmente. Según se ha publicado, el hombre en cuestión cruzaba una calle en la barriada de La Asunción, junto a su mujer, sus hijos y la abuela de éstos, cuando un motorista estuvo a punto de arrollarle. Lógicamente, se lo recriminó. El conductor, un joven de 20 años con antecedentes, se bajó entonces de su vehículo y le habría asestado una puñalada en el costado.
Puede que se trate solo de una casualidad que ambos episodios violentos hayan coincidido en Jerez en la misma semana. Lo más seguro, de hecho, es que sea así, pero cuanto menos debe invitar a reflexionar sobre la moda de los botellones, la creciente agresividad en buena parte de la juventud actual y las medidas necesarias para evitar que se repita lo sucedido. Quizá la solución esté en medidas preventivas, en la concienciación y en la educación que reciben los jóvenes sobre todo esto, sobre todo en el ámbito familiar. A lo mejor todos somos también responsables, en mayor o menor medida y nos resulta más cómodo mirar hacia otro lado y situar a otros en la diana para liberar inconscientemente nuestras conciencias.