![](/cadiz/prensa/noticias/201207/23/fotos/5018317.jpg)
Dentellada perfecta de Alonso
Se escapa en el Mundial tras la victoria, la sanción a Vettel y el abandono de HamiltonButton, segundo, fue el principal enemigo del asturiano y Raikkonen hereda el tercer puesto en el Gran Premio de Alemania
Actualizado: GuardarEl verano alemán gusta a Fernando Alonso, feliz como nunca se le ha visto después de una dentellada perfecta en el trazado de Hockenheim. Queda mucho Mundial, todavía expuesto a diez batallas de altura, pero el español cabalga hacia el título ahora que Ferrari le da la razón, competitivo como se esperaba el bólido italiano. Con la mitad del calendario ya resuelto, Alonso se estira y disfruta de un fin de semana redondo con el abandono de Lewis Hamilton y la sanción a Sebastian Vettel, relegado desde la segunda hasta la quinta plaza por un adelantamiento incorrecto a Jenson Button en el último giro. Mejor imposible, Alonso está que se sale.
El Gran Premio de Alemania empezó y terminó en los despachos, a veces más importante lo que se cuece en una mesa con traje y corbata que lo que realmente pasa en el asfalto. Es la Fórmula 1 y las mil interpretaciones de las normas, siempre al gusto del consumidor y valoradas de un modo u otro según sople el viento. Antes de rodar los coches, la FIA investigó a los Red Bull por la variación del mapa motor, triquiñuela para sacar provecho aerodinámico que va contra el espíritu de la norma, pero que no la contraviene, literal la explicación. Una bronca sin castigo, la letra pequeña entre miles de folios e imposiciones. Después del champán, a Vettel sí se le sancionó porque en la vuelta final superó por fuera a Button y sus explicaciones no colaron, veinte segundos que le llevaron hasta la quinta posición y movieron la clasificación. Tras Alonso, campeón indiscutible, Button, Raikkonen y Kobayashi.
Lejos de los asuntos legales, la carrera de Alonso fue maravillosa de principio a fin. Cogió impulso desde la celestial 'pole' que obtuvo el sábado bajo la lluvia y pisó a fondo sin mirar hacia atrás, despejado el camino porque siempre estuvo en cabeza y gestionó la situación con madurez y maestría. Arrancó como un torbellino, salida meteórica hacia la gloria, y superó todas las embestidas de sus rivales, incapaces de encontrar un hueco por donde pasar al bicampeón del mundo. Tanto en los garajes como en la pista, siempre Alonso, un líder de garantías que impone su ley en esta edición tan divertida.
Hay una base sólida en Ferrari y Alonso compensa el esfuerzo de los ingenieros con una evolución triunfal. Después de esas primeras carreras pendiente de los otros, atendiendo a los puntos porque el Mundial se gana con la calculadora desde el primer gran premio, el asturiano es ahora la referencia y su coche compite muy bien en todos los escenarios. Ha sumado en todas las carreras, único piloto que puede presumir de ello, y la parrilla acepta que es el candidato número uno por talento y porque ya tiene un buen colchón. Aventaja en 34 puntos a Mark Webber, octavo ayer, y en 44 a Vettel, un pellizco interesante.
Tiempos calcados
No hubo sobresaltos en la salida, alterada únicamente por las ansias de Felipe Massa y sus excesos, ofuscado en ese segundo plano que ya da por asumido en Ferrari. Vuelta a vuelta, Alonso y Vettel calcaban tiempos sin que el alemán lograra acercarse como para atacar, tampoco resolutiva la entrada en los garajes para pasar a neumáticos medios. Vettel seguía ahí, atosigando sin encontrar premio a la persecución, y de repente apareció Lewis Hamilton, reducido por un pinchazo en la tercera vuelta que le dejó sin opciones de nada. El británico, personaje imprescindible en todas las fiestas y que tuvo que abandonar al final, participó en un debate que no iba con él y rebasó a Vettel para desdoblarse y frenar a la máquina energética del alemán, enfadadísimo con la maniobra.
Se consumía la cita sin sobresaltos, tenaz Alonso en su rutina, y Jenson Button se acercaba en silencio para alegrar el desenlace. McLaren se guardaba esa carta y el inglés se puso segundo a falta de un tercio, amenaza inquietante para el líder, nuevo enemigo con el que lidiar. Tampoco pudo Button, a quien le preocupó más defender su posición ante Vettel que intentarlo con Alonso. Porque estuvo intratable y porque este Mundial, con tres victorias y tres podios, le sonríe.