La tragedia siria
Actualizado: GuardarSolo el blindaje político y diplomático que Moscú y Pekín siguen dando al régimen sirio explica que la comunidad internacional no pueda intervenir, vía ONU, en el conflicto que convertido en una guerra civil podía haber sido encaminado hacia un desenlace menos traumático. Ahora, mientras arrecian los combates, Washington hace saber que da por muerto al plan pacificador de Kofi Annan. Incluso en términos de 'realpolitik' es incomprensible la actitud rusa porque el mundo árabe, en plena mutación pro-democrática, no perdonará a Moscú que en nombre del principio de «no intervención en asuntos internos de terceros» haya dado al brutal régimen sirio todo el oxígeno que necesitaba. El terrible atentado del miércoles, con la muerte de varios importantísimos dirigentes del régimen y su aparato militar y de seguridad, marca un antes y un después y sus posibilidades de supervivencia menguan cada día. Solo un ataque de sentido común hará cambiar al presidente Assad, cuya dimisión incondicional aún podría encarrilar la situación hacia una salida más pactada con asistencia internacional.