Omar Suleiman era considerado la 'caja negra' de Mubarak. :: AFP
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Muere la mano derecha de Mubarak

Omar Suleiman Antiguo jefe del espionaje egipcioEl vicepresidente del 'rais', que tenía cáncer, fallece en EE UU durante una revisión médica

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Con la muerte de Omar Suleiman se quedarán sin descubrir muchos de los secretos más relevantes de la historia de Egipto. El poderosísimo antiguo jefe de espionaje y mano derecha de Hosni Mubarak falleció ayer a los 76 años en un hospital de Cleveland durante una revisión médica. Era considerado la 'caja negra' del régimen y el dedo que dirigió desde la sombra el rumbo del país, pero siempre será recordado por poner cara a la caída del 'rais' y anunciar el 11 de febrero de 2011 el éxito de los revolucionarios de la plaza Tahrir.

Desde que en abril la comisión electoral invalidó su candidatura a la presidencia del país del Nilo, Suleiman había desaparecido de la vida pública. Fuentes de los servicios de seguridad desvelaron ayer que en sus tres últimos meses de vida había viajado en varias ocasiones a EE UU para recibir tratamiento contra el cáncer, pero mantenía su residencia entre Arabia Saudí y Abu Dhabi.

«Creo que con él mueren muchos secretos», señaló Nabil Fahmy, exembajador egipcio en Washington, en el diario The New York Times. Jugó un papel protagonista en la región tras los atentados del 11-S y se cree que fue cómplice de los llamados vuelos de la CIA, el transporte clandestino de sospechosos de terrorismo capturados de forma ilegal y torturados en centros de detención secretos.

Entró a formar parte de las fuerzas de seguridad del Estado con 19 años, completó su formación castrense en la antigua Unión Soviética -como Mubarak-, estudió Derecho y alcanzó la dirección del espionaje de Egipto en 1987. «Era el mayor torturador de Egipto», denunciaba una víctima del régimen.

Quienes trataron con él le describen como una persona cautelosa e inteligente que no se andaba con rodeos a la hora de hablar. Su empeño por la seguridad salvó la vida de Mubarak en junio de 1995. En un viaje a Etiopía, Suleiman pidió que se blindara el coche oficial del presidente ante la creciente amenaza de los islamista radicales de Gamaa Islamiya. Cuando circulaba por su capital, Addis Abeba, varios terroristas abrieron fuego contra el vehículo, pero las balas rebotaron contra la carrocería.

Muchos creían que Suleiman iba a ser el sucesor de Hosni Mubarak. Contaba con la bendición de Israel y Mohamed el-Baradei, premio Nobel de la Paz 2005, le describía como «el espejo del 'rais'», aunque nunca fue nombrado heredero del poder. Cuando la dictadura languidecía , Omar Suleiman fue nombrado vicepresidente del Gobierno en un intento inutil de amilanar a los manifestantes. No dudó en dialogar con los revolucionarios frenar la 'primavera árabe', pero sus intentos fueron en vano.