Publio Cordón, sumario casi resuelto
La confesión del arrepentido Silva Sande llevó a la Guardia Civil a rastrear más de mil viviendas hasta dar con el chalé utilizado Detenidos los tres últimos grapos implicados en el rapto tras hallar en Lyon la casa del secuestro
MADRID. Actualizado: GuardarEra una misión imposible, encontrar pruebas después de más de tres lustros del secuestro con la única pista de que Publio Cordón estuvo retenido en un chalé de ubicación desconocida. Apenas un puñado de datos: una vivienda de dos plantas, techo de pizarra con un tejadillo en uno de sus laterales y situada en las afueras de Lyon. Una descripción que calza con las características de miles de viviendas de la tercera ciudad más poblada de Francia.
Pero al final esos indicios han servido a la Guardia Civil para «esclarecer definitivamente», en palabras del ministro del Interior, el caso de Publio Cordón, el empresario zaragozano secuestrado el 27 de junio de 1995 por los GRAPO. Y también para detener a los tres últimos terroristas implicados en aquella acción. Un cautiverio que, según ha concluido la investigación, terminó quince días después del secuestro, cuando el empresario falleció por las heridas sufridas cuando intentaba fugarse.
Fue Fernando Silva Sande el que dio la pista hace más de un año. El grapo, que desde finales de 2008 colabora con la justicia, fue una de las últimas personas que vio Cordón vivo. Silva, detenido en 2000 y condenado en diciembre de 2007 a 28 años de cárcel por ese secuestro, reveló las características de la casa, pero no pudo precisar más. Durante meses, efectivos de los servicios de Información de la Guardia Civil y de la Policía gala rastrearon uno por uno un millar largo de inmuebles de la periferia de Lyon en busca de una casa que alquilada durante el verano de 1995 por ciudadanos españoles o de acento hispano. La operación de búsqueda del chalé, que se denominó 'Domus' (casa en latín), al final tuvo éxito a pesar de que la zona de búsqueda tenía más de 60 kilómetros de radio. La casa estaba en el número 5 de la Rue de la Batterie, en Bron, un acomodado barrio al sureste de la ciuda.
La dueña de la casa dio la pista definitiva. Guardaba copia de uno de los documentos en el que aparecía el nombre ficticio que usó durante años José Antonio Ramón Teijelo, el grapo detenido ayer en la pedanía sevillana de El Arahal, cercana a Marchena, junto a su mujer, Manuela Ontanilla, y de cuya implicación en el secuestro siempre se había sospechado.
Sin cambios
Por fortuna para los investigadores, la casa apenas había sufrido cambios desde entonces y, sobre todo, mantenía arrumbados objetos de la época del cautiverio, incluido el armario en el que los GRAPO mantuvieron encerrado a Publio Cordón. Allí, los agentes encontraron el ADN de Cordón y otros indicios que buscaban para acusar a la pareja, y al tercer detenido ayer, Vicente Sarasa, arrestado en Cádiz y que también habría participado como vigilante del cautivo.
Pero los agentes encontraron más que pruebas genéticas. Hallaron marcas que no dejaban lugar a dudas de que el fundador de la aseguradora Previasa había estado allí, un escrito, «1SE» (primera semana), y siete palitos tachados, y una segunda leyenda, «2SE», con otros siete palotes cruzados. Esas marcas confirmaron la versión que Silva Sande siempre había mantenido desde que en 2009 comenzara a revelar datos del secuestro: Publio Cordón fue llevado desde Zaragoza a su cautiverio en Lyon y murió tras apenas 15 días de cautiverio.
Según explicaron mandos del operativo , la versión que se ha entregado al juez del caso, Javier Gómez Bermúdez, a la vista de las pruebas obtenidas corrobora el relato de Silva. El empresario consiguió forzar a golpes la puerta del armario, que los terroristas habían bloqueado con una débil cadena antirrobo. Cordón huyó por una ventaja a un tejadillo situado a dos plantas de altura.
Cuando se encontraba allí fue sorprendido por sus secuestradores, pero el empresario no se dio por vencido y saltó. La caída no fue inmediatamente mortal. Cordón sufrió lesiones muy graves en la parte baja espalda, que le dejaron agónico. Los grapos se negaron a llevarle a un hospital y suministraron al herido calmantes. El secuestrado murió minutos después. Según el testimonio de Silva Sande, él mismo propuso abandonar el cuerpo en el interior de un coche en un lugar público, pero el jefe del comando, Enrique Cuadra, por órdenes del máximo responsable de los GRAPO, Manuel Pérez Martínez, 'Camarada Arenas', descartó entregar el cadáver porque eso frustraría el cobro del rescate que todavía no se había producido. De hecho, no fue hasta el 9 de agosto, casi un mes después de la muerte del secuestrado, cuando la familia entregó en París los 400 millones.
Silva con otros miembros de la organización, se desplazó a las faldas de Mont Ventoux, en la Provenza, para enterrar el cadáver. A pesar de que en 2009 el arrepentido acompañó a la Guardia Civil a rastrear la zona, el cuerpo nunca apareció. Los investigadores, que dan por seguro que se encuentra allí, intensificarán la búsqueda las próximas semanas, si bien advierten que será una labor ardua porque la zona ha sido repoblada de árboles y muchos caminos de ese monte o han cambiado o ya no existen.