Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández de Rincón, a su llegada a Madrid. :: GUSTAVO CUEVAS / EFE
ESPAÑA

Los cooperantes fueron liberados tras excarcelarse a dos islamistas

La vicepresidenta y el ministro de Defensa recibieron a Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández del Río en el aeropuerto de Torrejón

MADRID. Actualizado: Guardar
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Poco a poco se van conociendo más detalles acerca de la negociación con el Movimiento por la Unidad y la Yihad en el Africa Occidental (Muyao), grupo vinculado a Al-Qaida, que ha mantenido cautivos a los cooperantes Enric Gonyalons y Ainhoa Fernández de Rincón durante estos nueve meses. El general Gilbert Diendiere, mediador en las conversaciones, desveló ayer que la liberación se cerró a cambio de la excarcelación de dos militantes de la organización islamista.

«Ha sido una liberación a cambio de otra liberación», afirmó el militar de Burkina Fasso, quien aseguró desconocer si se había producido además un pago en metálico por parte de los Gobiernos de España o Italia. Un asunto sobre el que también guarda silencio el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Entretanto, los dos cooperantes secuestrados el 22 de octubre en los campos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) ya están en sus casas. Minutos antes de las 20.00 horas de este jueves, aterrizó en la base aérea de Torrejón de Ardoz el avión enviado por el Gobierno para trasladarlos a España desde Uagadugu, capital de Burkina Fasso. Gonyalons y Fernández de Rincón estuvieron retenidos junto a la italiana Rosella Urru en el norte de Malí. Los tres fueron secuestrados por islamistas mientras trabajaban con los refugiados saharauis.

A su llegada a Madrid, fueron recibidos por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Defensa, Pedro Morenés. El Gobierno aceptó que el recibimiento entre los dos cooperantes y sus familias discurriera en la intimidad.

Fernández de Rincón afirmó poco después que ahora lo que quiere es disfrutar de su libertad: «lo que más hemos echado de menos», dijo. Gonyalons, por su parte, desveló que eran continuamente trasladados de un punto a otro del norte de Malí.

El retorno a España desde que fuesen liberados el miércoles se vio demorado por una tormenta de arena que retrasó su traslado en helicóptero hacia la base de Goromgorom, al norte de la capital de Burkina Faso. Una vez allí, se les practicó un chequeo médico que confirmó su buen estado de salud. El único que presenta lesiones es el mallorquín Gonyalons, que resultó herido de un disparo en la pierna mientras forcejeaba con los terroristas y aún cojea. Tras el reconocimiento, emprendieron rumbo a Uagadugu acompañados por agentes de los servicios de inteligencia de España e Italia. Desde allí, los tres cooperantes partieron a sus respectivos países.

Silencio obligado

La ONG MunduBat, de la que es miembro Gonyalons, manifestó ayer su satisfacción por la liberación y consideró que su cautiverio fue «una agresión al pueblo saharaui». Su presidente, Iñaki Markiegi, reconoció sentirse en deuda con los medios de comunicación al haber guardado silencio hasta ahora acerca de la información que les iba llegando sobre el secuestro. Un hermetismo motivado, justificó, por prudencia y con el único objetivo de no entorpecer las negociaciones en curso, como había solicitado el Ministerio de Asuntos Exteriores. Markiegi no dudó en criticar a los servicios secretos marroquíes ante su falta de colaboración y los impedimentos que han puesto en el proceso.