Los chiringuitos de La Barrosa lamentan la escasez de clientes

En estos días, han sido 22 las inspecciones de salud realizadas en los chiringuitos de las playas de La Barrosa y Sancti Petri. Los preceptivos informes emitidos de estas evaluaciones garantizan que, en general, se están ofreciendo unas buenas condiciones estructurales y de salubridad, que además están mejorando año a año, teniendo en cuenta que aquellos establecimientos que presentan deficiencias tienen un plazo para que puedan subsanarlas.

Estas intervenciones han verificado las condiciones higiénicas y sanitarias que las distintas administraciones públicas exigen para garantizar a los consumidores unas óptimas condiciones.

En concreto, las actuaciones más exhaustivas se han desarrollado en 18 chiringuitos, que son los que disponen de cocina, lo que aumenta el nivel y número de requisitos a cumplir.

Entre otros requisitos, a los chiringuitos se les exige un buen estado de limpieza y mantenimiento, así como que en todo momento ofrezcan unas condiciones adecuadas de manipulación y almacenamiento de alimentos a temperatura controlada y que haya una capacidad suficiente para poder mantenerlos con garantías de salubridad. Además, es obligatorio que las instalaciones deban tener suministro suficiente de agua caliente y fría. También resulta fundamental la trazabilidad de los alimentos, llevándose un seguimiento adecuado al respecto.

Poca actividad en las cocinas

Por otro lado, varios propietarios de chiringuitos de la playa de La Barrosa quisieron dejar constancia de la difícil situación a la que se enfrentan sus negocios este verano. «De lunes a sábado no hay nadie y, cuando llega el domingo, la playa se llena pero se ven tantas neveras como en los años 70», son las reclamaciones de la mayoría de establecimientos de la zona.

Además, añadieron que muchos de los chiringuitos de La Barrosa están funcionando a menos del 50%, «esta crisis nos está agobiando a todos los hosteleros de la zona», comentaron.

Por si fuera poco, con las últimas jornadas de levante, las playas de Chiclana se han visto desiertas, algo que hace aún más crítica la situación de estos negocios que, en algunos casos, incluso han cerrado por falta de clientela.