Descontento y prima
La mayoría absoluta del PP puede quedarse corta si los mercados no se calman
Actualizado: GuardarEl apoyo del PSOE a las movilizaciones contra los recortes del Gobierno Rajoy y el anuncio de que CiU votará también en contra de su convalidación parlamentaria el próximo jueves sitúan al Ejecutivo del PP en la defensa en solitario del amplio paquete de medidas con las que trata de tranquilizar a las instancias europeas e internacionales y a los mercados, por ahora de forma poco satisfactoria. Tanto los socialistas como los convergentes han reprochado a Rajoy que no se haya dignado a tener en cuenta su disposición al acuerdo en materia tan crucial. El Gobierno ha decidido preservar el contenido estricto de sus planes de ajuste y reforma evitando negociarlos con las demás fuerzas por temor a que se rebajara su imagen resolutiva. Por su parte si PSOE y CiU han optado por distanciarse súbitamente del Ejecutivo no ha sido solo por los desplantes que han recibido de éste último ni por la negativa de Montoro a compartir la flexibilización del déficit con las autonomías. Ambas formaciones han sido sensibles a un malestar social que podría ir a más en el caso de que se desvelen o decidan nuevas medidas de ajuste, pero sobre todo han optado por quitarse de en medio ante la eventualidad de que a lo largo del verano se produzca un rescate en toda regla sobre España. Los dirigentes socialistas que en los últimos días han subrayado su contestación al Gobierno -en contraste con el tono empleado por Rubalcaba- han empleado argumentos de trazo grueso sin detenerse a explicar qué hubiesen hecho ellos en estas circunstancias. Solo la seguridad de que los ajustes de hoy darán frutos mañana mismo permitiría al Ejecutivo del PP contemplar la soledad de su mayoría absoluta con la superioridad de quien no necesitando compartir los compromisos con los demás se arroga el derecho de rentabilizar los triunfos. Pero que la prima de riesgo siga en 558 puntos, el bono a diez años al 6,8% y el IBEX iniciara la semana con la pérdida de un 1,99%, mientras el FMI sigue enfocando a España en tanto que nuevo núcleo de la crisis del euro, no es el cuadro más alentador para jactarse de un empeño político tan costoso como poco valorado.