Gritos de '¡Monica, Monica!' camino de Alejandría

Hillary Clinton encontró el domingo cordialidad en las autoridades egipcias, pero no en las calles de El Cairo, donde comprobó el malestar de organizaciones políticas y religiosas que atribuyen a EE UU un supuesto respaldo a los islamistas. El ambiente no mejoró cuando la secretaria de Estado se trasladó por la noche a Alejandría. Tomates y zapatos -cuyo lanzamiento equivale al máximo desprecio en la cultura árabe- llovieron sobre la comitiva oficial de camino al consulado en la segunda ciudad de Egipto. Los manifestantes tampoco se privaron de recordar a Clinton, con gritos de '¡Monica, Monica!', el 'escándalo Lewinsky'.