Rajoy, al fondo, y Rubalcaba durante un pleno del Congreso sobre una cumbre de la UE en febrero pasado. :: ANDREA COMAS / REUTERS
ESPAÑA

El PSOE retira la mano tendida a Rajoy

Los socialistas afirman que el presidente del Gobierno tendrá «la responsabilidad» en exclusiva si España es intervenida Anuncia un «no como una casa» en la votación del decreto de los ajustes el jueves en el Congreso

MADRID. Actualizado: Guardar
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La oferta de mano tendida de Alfredo Pérez Rubalcaba a Mariano Rajoy ha caducado. El PSOE cree que es imposible alcanzar acuerdos de Estado con el Gobierno para afrontar la crisis después del duro ajuste adoptado por el Ejecutivo. Unos recortes que recibirán del PSOE «un no como una casa» cuando sean votados este jueves en el Congreso.

La vicesecretaria general del partido opositor exteriorizó ayer el profundo cabreo de los socialistas con las medidas enunciadas por Rajoy el miércoles en el Congreso, cuando mostró solo «la punta del iceberg» de lo que venía encima; fueron concretadas un poco más en el Consejo de Ministros por Cristóbal Montoro; y solo estuvieron completas en el BOE del sábado. Eso, según Elena Valenciano, es gobernar «por la puerta de atrás».

La vicesecretaria general del Partido Socialista constató que la respuesta a la invitación de Rubalcaba fue «el mayor ajuste de la democracia», y por ahí, dijo, los socialistas no van a pasar porque está «en riesgo la paz social» del país pues las medidas condenan a la exclusión del sistema «a millones de españoles». España, resumió, se dirige hacia «una sociedad dual de pobres y ricos».

La propuesta de un acuerdo global es casi un mantra para el líder de la oposición. La pone sobre la mesa en debates parlamentarios, conversaciones privadas, actos de partido y comparecencias públicas, pero hoy dijo basta. El Gobierno y el PP «no quieren» un pacto y han decidido afrontar la crisis «solos aunque lo hagan mal», resumió Valenciano. Esta política de oposición moderada no acababa de ser entendido en algunos sectores del PSOE cada vez más amplios, que abogaban por un contrapunto más beligerante con el Gobierno. El mejor exponente fue el discurso templado de Rubalcaba en el debate con Rajoy del pasado miércoles, una intervención que no convenció a casi nadie dentro de su partido.

La ejecutiva del PSOE, reunida ayer con la presencia del secretario general, llegó a la conclusión de que esa línea de oposición carece de sentido. Dos no pactan si uno quiere y, según los socialistas, Rajoy no quiere. Lo cierto es que el presidente del Gobierno siempre ha dado la callada por respuesta a la machaconería del líder de la oposición cuando de acuerdos se trataba. En definitiva, que ante la nula receptividad del jefe del Ejecutivo y las dudas internas que suscita un discurso de oposición sin excesivas aristas, Rubalcaba ha optado por cambiar de registro y mostrar un perfil menos conciliador y comprensivo con Rajoy.

A la calle

El primer aviso de esta nueva etapa llegó de la mano de la número dos del partido opositor, quien avisó de que los socialistas saldrán a la calle para «estar al lado» de los colectivos perjudicados por el ajuste, que «tienen la razón» con sus protestas. La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, insinuó que el PSOE y los sindicatos están detrás de las movilizaciones ciudadanas en contra de los recortes, pero ya no tendrá que medir sus palabras porque los socialistas están decididos a pisar la calle para protestar contra las medidas gubernamentales.

Por si quedaban dudas sobre el giro, la vicesecretaria general del PSOE culpó al Gobierno de tener en exclusiva «la responsabilidad» si España es rescatada por la Unión Europea y su política económica tutelada por los organismos financieros internacionales. Será responsable en solitario porque «no ha querido sentarse con nadie» para buscar consensos que permitieran afrontar en mejores condiciones políticas y sociales la situación económica. El resultado es que, agregó, España hoy está peor que hace siete meses, una tesis que ya dibujó Rubalcaba la semana pasada en el Congreso. «España -enumeró Valenciano- tiene el mismo déficit, pero más deuda, menos empleo, menos educación, menos sanidad, menos dependencia, menos solidaridad y menos proyecto de país».

Se da además la circunstancia, según la dirigente socialista, que Rajoy exige a las comunidades lo que «él no es capaz de cumplir» ante Bruselas. Valenciano se refería a los objetivos de déficit sin posibilidad de flexibilizar los plazos de 2012 a 2014 bajo amenaza de intervención de las autonomías. Para ello cuenta con el ministro Cristóbal Montoro, «una especie de Angela Merkel» para las autonomías, según la número dos del PSOE.