Cristóbal Montoro, el viernes, tras el Consejo de Ministros. :: EFE
Economia

El último golpe a la renta de los hogares

La subida del IVA penaliza las compras básicas que las familias ya no pueden dejar de realizar

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Consejo de Ministros aprobó el viernes la segunda subida del IVA de esta crisis, que entrará en vigor el 1 de septiembre y elevará el tipo general de este impuesto tres puntos, del 18% al 21%, y el reducido dos puntos, del 8% al 10%. La reforma de este impuesto disparará también la tributación de un buen número de productos y servicios antes gravados al tipo reducido del 8%, que pasarán a estar sujetos al tipo general del 21%.

Subir el IVA es una de las medidas más impopulares que puede tomar un Gobierno. Es un tributo que los ciudadanos detestan porque afecta igual a pobres y a ricos al penalizar el consumo con tasas fijas, sin distinciones por niveles de renta. La meta es mejorar la recaudación del Estado para enjugar el déficit. El Gobierno prevé recaudar 22.100 millones de euros más en los proximos dos años y medio: 2.300 millones en lo que queda de 2012; 10.130 millones en 2013y 9.670 millones en 2014. Los técnicos de Hacienda (Gestha) cifran en 7.500 millones anuales la posible recaudación y avisan de que cada hogar pagará unos 437 euros más. Organizaciones de consumidores como Ceaccu elevan a 570 euros el efecto sobre las familias.

Los expertos consultados estiman que la recaudación del Estado mejorará pese a la caída actual del consumo, que ha hundido precisamente la recaudación por IVA un 10,1% entre enero y mayo. El motivo es que, por mucho que la crisis apriete, hay muchas cosas que las familias nunca dejan de consumir, señalan los especialistas. De acuerdo con ese razonamiento, la subida del IVA sería el último golpe a unas familias que cada vez tienen menos oxígeno. Su renta disponible no para de bajar desde 2009 por los incrementos fiscales de los gobiernos del PSOE y el PP, a los que se suma el encarecimiento de servicios como la electricidad, el gas y el transporte, y los aumentos de tasas y precios públicos, entre ellos el copago sanitario.

Pero los economistas entienden que mientras hay vida hay consumo, y si hay quien compra habrá donde recaudar. Aunque sea a base de penalizar a quienes adquieren lo que ya no se puede dejar de adquirir. El incremento aprobado dispara un 17% el tipo general y un 25% el reducido. El catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Castilla-La Mancha, Juan José Rubio Guerrero, considera que «la base del consumo se va a mantener» porque se encuentra en niveles que califica de «fundamentales» para la mayoría de hogares. «Y si la base se mantiene y sube el gravamen, se recauda más», concluye este profesor, para quien el Gobierno utiliza «la imposición indirecta como mecanismo de ajuste fiscal». Rubio Guerrero cifra en unos 5.000 millones anuales el aumento de la recaudación y señala que el efecto desincentivador del consumo será limitado: «Va a ser un efecto inmediato que en un plazo relativamente corto se va a absorber porque las empresas inmediatamente ajustan las estructuras de costes y precios».

Luis Caramés, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela, critica que esta subida llegue en el peor momento. Apunta que «en España se perdió la ocasión de alinear el IVA con la media europea hace ya tiempo, cuando la economía lo hubiera asimilado con menos traumas». «Ahora no ha habido más remedio, dadas las exigencias impuestas por la urgencia del rescate bancario», señala. Sobre el efecto en los bolsillos de los ciudadanos, Caramés destaca que «el IVA no siempre se traslada íntegramente a los precios, ya que la atonía de la demanda puede aconsejar a productores o distribuidores asumir parte de la carga». Cree que el retraso al 1 de septiembre de su entrada en vigor «provocará una anticipación en la compra de ciertos bienes». El profesor de Esade Robert Tornabell comparte que se recaudará más. Este experto, que denomina al IVA «la máquina de hacer dinero», resalta que su incremento «lo van a pagar 33 millones de consumidores españoles». Por eso cree que subir tres puntos el tipo general y dos el reducido «es darle mucho a la maquinita». Considera que sujetar al gravamen más alto muchos productos antes penalizados al 8% es una medida «puramente recaudatoria».