El canónigo Daniel Lorenzo (izda.) y el responsable de la contabilidad de la catedral, Pedro Ceán, ayer, en Santiago. :: EFE
Sociedad

La catedral de Santiago admite que faltaba dinero desde 2005

Los responsables del templo sospechan que el electricista que robó el Códice puede ser también el autor de los desfalcos

SANTIAGO. Actualizado: Guardar
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La primera vez que faltó dinero en la Catedral de Santiago de Compostela fue en el 2005, pero nadie lo denunció. Hace siete años que las autoridades religiosas del templo compostelano habían notado el primer descuadre entre el balance contable de la catedral y la caja fuerte pero en lugar de acudir a la comisaría para denunciar el robo, colocaron una nueva cámara de vídeo para controlar la caja fuerte, que apareció rota tiempo después. Entonces, el cabildo optó por instalar una caja más segura y el robo, hasta ahora, nunca se denunció. Este suceso, desvelado ayer, ya forma parte del sumario que se instruye por el robo del Códice Calixtino.

Los responsables de la basílica explicaron ayer lo ocurrido tras unos días convulsos en los que la Policía ha detenido al presunto ladrón de Códice, una joya bibliográfica del siglo XII y primer libro del Camino de Santiago, que había sido robado del templo el 5 de julio del 2011 para asombro de autoridades y ciudadanos.

Las autoridades eclesiásticas también hicieron públicos los datos contables del periodo 2002-2011 en el templo compostelano. De acuerdo a las cifras que han facilitado, la catedral ingresa cada año 1.618.000 euros y gasta 1.651.000, con un déficit de 33.000 euros que recupera en los años santos, en los que recauda cerca de medio millón de euros más.

El cabildo del templo, Daniel Lorenzo, y el contable, Pedro Ceán, explicaron que el primer paso tras detectar el robo de 2005 consistió en revisar la documentación contable para asegurarse de que el desfase no provenía de un error y que reforzaron la seguridad cambiando las llaves de la caja fuerte. El supuesto responsable del desfalco sería el mismo hombre que está tras el robo del Códice Calixtino, Manuel Fernández Castiñeiras, en prisión provisional por orden del instructor del caso, José Antonio Vázquez Taín.

Durante 25 años, Castiñeiras había trabajado en la catedral como electricista autónomo y fue despedido. Varias fuentes consideran que su mala relación con el entonces deán, José María Díaz, motivó el robo del Codex. Su experiencia laboral en el templo le facilitó la tarea ya que conocía la catedral como nadie y había logrado hacerse con réplicas de las llaves de seguridad.

El electricista de Milladoiro, un barrio próximo a Santiago, fue detenido a primeros de julio junto a su mujer, hijo y nuera. Los tres últimos han quedado en libertad con cargos después de que la Policía recuperase en perfecto estado el Códice, que estaba oculto en un garaje de Ames, junto a otros libros y objetos de valor que presumiblemente el extrabajador también habría robado de la catedral a lo largo de los años.

En los registros que los investigadores realizaron en las propiedades del sospechoso y su familia en los municipios de Ames y Negreira, en La Coruña y Sanxenxo (Pontevedra), hallaron cerca de dos millones de euros (1,7). Una parte del dinero estaba en dólares. Tanto Ceán como Lorenzo, contable y canónigo de la catedral, manifestaron ayer que el sistema de la gestión del dinero es «mejorable», aunque consideran que sus métodos de control no distan mucho de otras entidades que manejan sumas similares.

Con respecto al electricista detenido por el robo, aseguraron que fue despedido por un «abuso total de la confianza». Esa misma confianza le habría permitido campar por la catedral a sus anchas durante años y, supuestamente, robar dinero y otros objetos valiosos que solo destapó la desaparición del Códice. Lorenzo negó que los otros objetos encontrados puedan provenir del templo ya que, según dijo, están «perfectamente inventariados». Apuntó, además, que los facsímiles encontrados no tenían valor histórico y eran regalos para las autoridades.