Fiasco de la seguridad en los Juegos
La mala gestión de la empresa encargada obliga a Cameron a movilizar a 17.000 soldados, 3.500 más de los previstos
LONDRES. Actualizado: GuardarDe Afganistán al Parque Olímpico de Londres. Tropas británicas adicionales controlarán los accesos a las instalaciones deportivas y ejecutarán operaciones rutinarias de vigilancia tras un catastrófico fallo de la compañía privada responsable de la seguridad durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. A quince días del comienzo de la gran cita mundial, el Gobierno de David Cameron ha claudicado ante la realidad, aumentando en 3.500 el número de militares destinados a cubrir el evento. Los soldados suplirán al personal civil que la multinacional G4S no puede entrenar y acreditar a tiempo para la inauguración del próximo día 27.
La ministra del Interior, Theresa May, compareció con carácter de urgencia en los Comunes para confirmar la revisión forzada a última hora en los planes de seguridad. G4S se había comprometido, en un contrato de 284 millones de libras (320 millones de euros), a proveer 13.700 vigilantes civiles, pero hasta ayer solo 4.000 personas habían superado todos los trámites y estaban trabajando en el Parque Olímpico. La empresa indicó que otros 9.000 candidatos están a punto de concluir los procesos de formación y acreditación, aunque los expertos calculan que se necesita un contingente mínimo de 19.000 operarios privados de seguridad para atender posibles bajas o dimisiones imprevistas.
G4S simplemente admitió «retrasos en la última fase» de las solicitudes laborales. La demora ha obligado a añadir 3.500 soldados adicionales a las tropas destinadas desde el principio a trabajar durante los Juegos. El Ejército de Tierra ha tenido que salir al rescate en un momento de tensión por los recortes de 20.000 puestos en sus filas en los próximos tres años, anunciados días atrás. Muchos soldados tendrán que suspender sus vacaciones -se quiere compensar a sus familias con entradas gratis- o pasar, casi sin transición, del frente afgano al Parque Olímpico. Estarán desarmados y deberán cachear y revisar las pertenencias de 8,8 millones de asistentes a las 34 instalaciones deportivas del país. «No hay ninguna amenaza específica y la seguridad tampoco se verá comprometida», señaló la ministra del Interior.
Las pesadillas de Londres
Seguridad y transporte son las pesadillas de Londres 2012. La organizadora de los Juegos, Logco, se vio forzada a revisar las previsiones de seguridad al comenzar los ensayos en las distintas instalaciones, el pasado diciembre. Se duplicó entonces el personal previsto -de 10.000 a un total de 23.700- y esta partida del presupuesto se disparó hasta 700 millones de euros. La revisión anunciada ahora fija la aportación militar global en 17.000 soldados, reservistas y oficiales de elite.
El alcalde de Londres, Boris Johnson, declaró que el Parque Olímpico está «preparado para recibir al mundo». Pero la fuerte presencia de uniformes militares en el recinto sorprenderá a visitantes y atletas extranjeros. Las fuerzas armadas estaban destinadas en principio a funciones logísticas de seguridad y de apoyo a la Policía y al personal civil. Ahora desempeñarán tareas rutinarias de vigilancia, visibles y en contacto con el público.
«Lamentable», admitió un portavoz de Cameron respecto al fallo de G4S, una organización que opera en 125 países y obtiene cerca del 30% de sus ingresos de contratas gubernamentales. «Otro caos del Gobierno», concluyó Yvette Cooper, portavoz del Interior del Partido Laborista. «Frustrante y decepcionante», dijo su colega Tessa Jowell, anterior responsable política de los Juegos.
El control de aduanas es otro problema acuciante, particularmente en el aeropuerto de Heathrow. Estos días hay colas de hasta 3 y 4 horas en la revisión de pasaportes, que el Gobierno intenta reducir con personal extra. No es el único obstáculo en el camino hacia el Parque Olímpico. La semana pasada se detectó una grieta en un tramo de la carretera que conduce al centro de Londres y no hay garantías de que esta crucial vía pueda reabrirse al tráfico antes de la llegada de los atletas el próximo lunes.