Una provincia en el aire
La reducción del número de pasajeros hace temer a la plantilla del aeropuerto de Jerez por su futuro y de paso, a todos los ciudadanos, por un servicio básico
Actualizado: GuardarUna representación de los trabajadores del aeropuerto de Jerez se reunió ayer con la Junta de Andalucía, paralizada por las diferencias internas de uno de los partidos políticos que la gobierna, para lanzar un mensaje de alerta y auxilio. Los delegados de los casi mil empleados que tiene el aeródromo provincial dicen temer por sus puestos de trabajo. Poco inteligente parece pedirle amparo a un gobierno autonómico que, con el mismo signo político desde hace más de 30 años, ha sido incapaz de sacar a la comunidad del primer puesto en el triste ránking del paro y que ha permitido que alcance, en estos momentos, las peores cifras conocidas nunca.
Pero además de esa reclamación voluntarista, los trabajadores del recinto lanzan otro aviso: la reducción constante del número de viajeros pone en peligro toda la estructura. Para frenarla, incluso se lanzaron a proponer nuevas líneas (como la Rabat-Jerez) pero sin pretenderlo encendieron la luz de alarma sobre el futuro del aeropuerto de toda la provincia, el que da servicio también al casi millón de habitantes que reúnen Bahía de Cádiz, entorno de Jerez y Costa Noroeste.
El aeropuerto de Jerez no ha sabido atraer ni conservar líneas de bajo coste que amplíen sus números anuales de pasajeros mientras que las grandes compañías nunca han llegado a ofrecer ni rutas, ni frecuencias ni precios realmente competitivos.
Esa gestión conjunta, y nada más, ha llevado al aeropuerto a la permanente caída de usuarios y, por tanto, a que los trabajadores teman con lógica por el futuro de sus puestos de trabajo. Lo más productivo, para los ciudadanos y para los empleados, sería atacar el conflicto en su raíz y trabajar de veras por el incremento sostenido del número de viajeros.