La fiesta de Cortese

Una pesadilla. Así fue el Gran Premio de Alemania para Maverick Viñales, que llegaba líder de Moto3 después de ganar las tres últimas carreras y se fue de Sachsenring sin sumar un solo punto, desbancado del liderato y con la rabia y la impotencia grabadas en su mirada. 'Mack' ya había sufrido el sábado en un entrenamiento oficial pasado por agua en el que terminó 24º, y esperaba una carrera en seco para intentar la remontada. Pero el domingo se le torció cuando, ya situado en la parrilla, una fuerte tormenta inundaba la pista y obligaba a demorar la salida. Un mal presagio de lo que luego ocurriría.

La carrera arrancó con el asfalto encharcado, y el valenciano Adrián Martín, que ya había sido tercero en el entrenamiento oficial, se batía con Jack Miller, Louis Rossi y Jonas Folger por la primera posición. Sandro Cortese, que tenía 'pole', salió con prudencia, sabedor de que Viñales estaba muy retrasado, y tomando el pulso a la pista. Fueron pasando las vueltas y el alemán hizo gala de su experiencia. Fue ganando posiciones mientras Martín, Rossi, y Folger se iban al suelo. Por detrás, Viñales no lograba rodar rápido, y solo se acercaba los puntos gracias a las caídas de pilotos que le precedían. Pero sufría para deshacerse de pilotos como Techer, Grotzky o Ajo, habituales del pelotón de los modestos.

Al final de la carrera, 'Mack' explicó el porqué. «Tuve problemas con el radiador y la moto se sobrecalentó mucho. Apenas corría. Aunque lo intentaba todo en las curvas, me volvían a adelantar en las rectas». Maverick terminó 17º, sin puntuar y desolado, porque Cortese ganó y se pone líder con 18 puntos de ventaja. «Ahora toca ganar sí o sí», masculló contendiendo, a duras penas, las lágrimas.