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Irak, la llave de Al-Qaida en Siria
Bagdad reconoce que miembros de la red terrorista han cruzado la frontera para atentar y ayudar a la oposición a derrocar a El-Asad
Actualizado: GuardarIrak y Siria intercambian papeles. Después de los años en los que los milicianos de Al-Qaida usaban la frontera para acceder a suelo iraquí y combatir a las fuerzas internacionales, ahora «disponemos de sólidas informaciones de la Inteligencia según las cuales la red terrorista ha tomado otra dirección, hacia Siria, para ayudar, servir de enlace y cometer ataques», aseguró ayer el ministro de Exteriores de Bagdad, Hoshiyar Zebari. No es la primera vez que el Gobierno de Nuri al-Maliki alerta de la porosidad de la zona limítrofe, que abarca más de 600 kilómetros y también sirve para el tráfico de armas, según informan las fuerzas de seguridad iraquíes.
Siria ocupa hoy las portadas que durante ocho años ocupó Irak tras la caída de Sadam Husein y la invasión liderada por Estados Unidos. Ambos países comparten pasado baazista, un complejo mapa sectario interno y la buena relación con Irán. Esos puntos en común han llevado a las autoridades de Bagdad a mantener una postura neutral respecto al régimen de Bashar el-Asad desde el inicio de las revueltas. Así lo recordó ayer el jefe de la diplomacia iraquí, quien, no obstante, dejó patente el temor de que la situación empeore aún más y repercuta en su territorio.
Ayman al-Zawahiri, líder de Al-Qaida tras el asesinato de Osama bin Laden el 2 de mayo de 2011, mostró a comienzos de año su apoyo a los opositores sirios, a quienes pidió que no confíen en «Occidente o en Estados Unidos o los Gobiernos árabes o el de Turquía. Si queréis libertad, debéis acabar con este régimen. Si queréis justicia, tenéis que luchar». Lo hizo a través de un mensaje grabado en vídeo y difundido en Internet que encendió hace unos meses las alarmas sobre la posible presencia de células de la organización activas en el país árabe aprovechando el caos actual y la cercanía con Irak. «La resistencia de nuestro pueblo en Siria a pesar del dolor, el sacrificio y el derramamiento de sangre, prosigue y aumenta», confesó el cabecilla egipcio.
Conflicto sectario
Pese a las correctas relaciones entre los gobiernos de Damasco y Bagdad, la división sectaria en Irak ha empujado a grupos suníes de Nínive y Anbar a ayudar a poblaciones hermanas al otro lado de la frontera. Se trata de tribus que se sienten maltratadas por el gobierno de fuerzas chiíes liderado por Nuri al-Maliki y cuyo motivación principal es combatir a un Ejército sirio liderado por generales alauitas, rama del Islam chií minoritaria en Siria, pero a la que pertenece la familia El-Asad y todas las figuras clave del régimen.