El sueño de Alba, lejos de su silla
Una clínica de Barcelona le ofrece la posibilidad de recuperar movilidad y su pueblo se vuelca con ella para que los costes no sean un impedimento
ARCOS. Actualizado: GuardarSus ojos bien abiertos y con ganas de no perderse un detalle del mundo. Una bonita sonrisa colorea una cara en la que se pueden ver muchas ilusiones y esperanzas, además es el reflejo de una gran bondad que cautiva a quien la conoce. Los perros, sobre todo, y los animales en general son su pasión pero su gran sueño es poder ponerse de pie por sí misma y poco a poco ir obteniendo una movilidad que nunca tuvo por culpa de una enfermedad. Es la luz que guía los pasos de sus padres, Manoli y Francisco, y se ha convertido en toda una muestra de vitalidad y afán por superar las adversidades.
Alba González es una joven de Arcos, de 16 años, que lleva toda la vida sentada en una silla de ruedas como consecuencia de una paraplejía. El origen de sus problemas se vinculan con una virus, el toxoplasma gondii, que le provocó una toxoplasmosi a su madre y «nada más nacer ya observamos que algo raro pasaba porque se quedó demasiado fría y tuvo que volver a la incubadora». A los tres meses de vida cayó mala y comenzó su calvario de hospitales, derivándole todo en una meningitis. El resultado, quedó sentada en una silla y pendiente de unas rehabilitaciones para mantener el tono muscular pero sin apenas esperanza de poder ponerse en pie en un futuro.
Francisco destaca que a través del centro de rehabilitación al que acuden conocieron que había un doctor ruso, Igor Nazarov, que operaba a jóvenes en la misma circunstancia que Alba y «recuperaban, poco a poco, parte de la movilidad e incluso se podrían poner en pie». Para ellos fue una ventana de luz abierta y la propia Alba habla con ilusión de poder llegar a vivir ese momento y que las escaleras de las casas de sus amigas dejen de ser un obstáculo. Sus padres, a los que no les gusta pedir ayuda, han visto también una posibilidad para mejorar la vida de su pequeña pero «necesitamos, en principio, unos 8.000 euros que no tenemos, para una primera intervención».
Francisco y Manoli se encuentran en paro y necesitan incluso ayuda para mantener la rehabilitación de la pequeña que les cuesta unos 168 euros al mes. No la piden, tratan de tirar para adelante por ellos mismos, pero resulta muy complicado poder hacer frente a todos los gastos del día a día y mucho más a los que ahora se quieren enfrentar para que Alba tenga la posibilidad de poco a poco ir dejando su silla. Cuando Francisco trabajaba colocando tejas todo era mucho más sencillo, en lo económico. Pero la situación actual, y las secuelas de un accidente grave que tuvo al caer de un tejado, han complicado su salida laboral y ahora se tiene que conformar con «echar algunos días trabajando en el Ayuntamiento, cuando me pueden dar algo para ayudarme».
La operación se pretende llevar a cabo a través del Instituto Médico Insmicort, pionero en la realización de tratamientos de miotenofasciotomia selectiva y cerrada en España. El mismo está indicado para pacientes con diversas formas de parálisis cerebral (hemiparesias, tetraparesias, diplejías y otros), secuelas de traumatismos cráneo-encefálicos, de derrames cerebrales o de otras formas de lesiones cerebrales cuyas consecuencias son las contracturas y dolores musculares que afectan a las estructuras funcionales del aparato motor.
A Alba ya le han realizado un estudio previo que ha determinado que en principio podría incluso dejar la silla ruedas y mantenerse de pie con la ayuda de un andador. Mientras tanto, al margen de la lucha que han iniciado sus padres para buscar fondos para poderse operar, ella sigue centrada en sus estudios, ahora pasará a 4º de ESO, y en su ilusión de formarse para ser veterinaria. Pasar tiempo con sus amigas, los ordenadores, el móvil e internet y la música son su pasatiempo, como el de cualquier otra niña de su edad.