Políticos

Normalmente tendemos a desconfiar de un colectivo como forman los políticos de este país porque a menudo nos encontramos con incumplimientos de promesas, fraudes y demás cosas que han convertido a este grupo en uno de los menos valorados por la sociedad española. Ayer no podía dejar de pensar en esta circunstancia, tras leer una noticia que explicaba la falta de credibilidad de la clase política española. Parece que lo normal es que si uno de tu partido comete un presunto fraude, hay que taparlo, mientras que si por otro lado lo hace el del partido contrario, las voces suenan con fuerza para pedir su dimisión. Falta de coherencia diría yo con respecto a los hechos y las consecuencias de lo que se hace. Estaría bien que los ciudadanos de a pie nos dedicáramos a pedirles explicaciones a estas personas que están ahí porque nos representan después de haber conseguido un buen número de votos a base de promesas, que normalmente incumplen, como ya he dicho anteriormente.

No es lógico que los propios partidos tampoco hagan ningún esfuerzo por aclarar qué ha pasado cuando se produce un fraude o malversación de dinero público, porque están dañando su imagen, esa que tanto defienden cuando están en campaña y que parece quedar olvidada, una vez que pasan el límite de las elecciones de turno.