Apuntes

Una de cal y otra de arena

A la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía se le acumulan los problemas con los recortes

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La Delegación de Educación de la Junta volvió a ser protagonista ayer en Cádiz por los recortes que está llevando a cabo el gobierno presidido por José Antonio Griñán. Al mediodía, se concentraban en la puerta de su sede, en la Plaza Mina, un grupo de unos 20 padres indignados porque sus hijos se han quedado sin plaza en el grado profesional en el conservatorio de música, pese a haber aprobado el examen de ingreso. Desde hace 14 años, todos los estudiantes que superaban la prueba, accedían directamente a los cursos, al haber plazas suficientes para todos. Sin embargo, de cara al próximo curso, se han ofertado menos ya que se ha recortado el número de profesores, por lo que se ha aplicado la nota de corte, al igual que se hace en la Universidad.

Esta decisión ha provocado la indignación de estos padres, que ven truncada la ilusión de sus hijos y, en no pocos casos, ven que la inversión que han hecho en materiales -uno de ellos asegura que ha pagado 4.000 euros por un piano- no va a servir para nada. Y esto, precisamente, cuando el curso próximo se inaugurará el nuevo edificio de la Casa de las Artes, en el barrio de Astilleros. Unas magníficas instalaciones que, paradójicamente, tendrán menos alumnos que nunca.

Pero no todo son malas noticias para los responsables de Educación en la provincia. Desde hace un año, una madre del Colegio Costa Oeste, en El Puerto de Santa María, viene reclamando un monitor para su hijo discapacitado. Hasta ahora se le venía negando y de hecho el menor fue derivado a otro centro de la localidad. Ahora, al fin, parece que se van a reorganizar los recursos para que el pequeño pueda estudiar en el colegio que le corresponde. Una decisión que demuestra que cuando se quiere, se pueden gestionar mejor los recursos públicos pese a lo ajustado de los presupuestos.