NAZIS EN LA PROVINCIA
Actualizado: GuardarCádiz. Agosto del año 1947. Una terrible explosión sacudió la ciudad. Destruyó buena parte de la zona de extramuros. Murieron más de 500 personas, según cifras oficiales de la época. Numerosos rumores apuntaban como causa del desastre los experimentos que científicos nazis estaban realizando en el Instituto Hidrográfico de la Marina. La teoría carece de sustento, ya que los profesionales del Reich que habían huido tras la derrota trabajaban entonces para Estados Unidos o la Unión Soviética, pero pone de manifiesto que los gaditanos sí conocían la presencia de alemanes ocultos en las instalaciones militares de la ciudad.
Antes, durante la Segunda Guerra Mundial, Jerez sirvió de apoyo logístico a las fuerzas militares nazis. Éstas utilizaron el aeropuerto de La Parra en sus ataques a la marina aliada que transitaba por las aguas del Estrecho de Gibraltar.
Los conocidos submarinos U-Boot que aguardaban al acecho de sus objetivos en el Estrecho repostaban habitualmente combustible, evacuaban enfermos y se avituallaban de provisiones en la playa de los Alemanes, en Zahara. Los vecinos estaban, claro, encantados, porque obtenían de esta manera unos ingresos extra en unos tiempos difíciles. También son numerosas las historias de nazis en esa preciosa cala. Allí vivieron muchos de ellos tras la Segunda Guerra Mundial amparados por el régimen franquista. Paradójicamente, esa urbanización de lujo se conoce ahora también como la Marbella Roja, tal como apuntaba recientemente el novelista Javier Compás, porque algunas de esas casas «han sido adquiridas por famosos personajes del mundo del espectáculo conocidos por sus simpatías izquierdistas». Aunque no es menos cierto que actualmente residen allí también numerosos alemanes, no sé si descendientes de aquéllos.
Especialmente llamativa es la historia del conocido doctor Pirata. El escenario principal se localiza en este caso en Chipiona. Su protagonista es Luis Gurruchaga Iturria. O al menos así constaba en su 'documentación' y, por lo tanto, así se le conocía en la localidad costera. Dirigía el sanatorio Santa Clara, muy cerca del Santuario de Regla. Al parecer, era un genio de la medicina. Curaba a desahuciados, destacaba por su carisma y su profesionalidad y se hizo muy popular entre los vecinos. Entre otras muchas y curiosísimas anécdotas, cuentan de él que solía recorrer el pueblo a lomos de un asno, con un tocado marroquí y compartiendo pequeños vasos de vino con pescadores y otros lugareños. Eso sí, se cuidaba mucho de camuflar su pasado. No en vano, su nombre real era Frederiche von Freienfels. Había sido un destacado miembro de las SS que actuó en campos de exterminio como los de Auschwitz, Dachau y Mauthausen, donde los médicos llevaban a cabo espeluznantes experimentos con prisioneros.
Son solo unos pocos apuntes de la nutrida presencia nazi en la provincia de Cádiz. Lástima que se haya escrito tan poco y que sea tan complicado encontrar buenos estudios sobre ello.