Presidente Mursi
Actualizado: GuardarQue un político islamista tome posesión de la presidencia de la República de Egipto tras una elección solvente es, literalmente, historia con mayúsculas, aunque las circunstancias que rodean el proceloso y difícil proceso democratizador en el país acompañen con una nota de incertidumbre la asunción de la primera magistratura por Mohamed Mursi. Las Fuerzas Armadas, hasta hoy autoridad constituyente, han negociado discreta e intensamente con los Hermanos Musulmanes en el ominoso escenario creado tras la sorprendente invalidación de la elección parlamentaria. Y han hecho lo más práctico porque ambos son los grandes actores políticos y sociales del momento. Se puede creer, pese a todo lo sucedido, que serán capaces de normalizar la situación con un calendario electoral creíble y la redacción de una Constitución consensuada. Mursi, un hombre cultivado, ha comenzado bien, con la promesa de un gabinete inclusivo de amplia base y pluriconfesional, y goza, a priori, de un gran margen de confianza y suscita esperanza internacional. Su hercúlea misión será más sencilla si gobierna desde la pluralidad histórica.