La moda como antídoto
Actualizado: GuardarA lo largo de la historia, la moda ha sido fiel reflejo de la sociedad, sobre todo en la indumentaria femenina. Cuando las familias y las mentes eran más conservadoras, todo estaba más oculto, las faldas llegaban a los tobillos, las cinturas no se marcaban y miles de capas cubrían la silueta de la mujer. Pero un día, un grupo de valientes decidió salir del letargo, enseñar sus rodillas, abrir los cuellos cerrados y dejar las capas para el invierno.
Hoy en día, la ropa refleja que vivimos en un mundo globalizado, que, entre otras cosas, nos ha vuelto aburridos en el vestir. Tenemos más o menos acceso a las mismas tiendas y, si no, las más económicas copian a destajo los diseños de las grandes marcas. De esta manera, una puede creer que lleva unos Louboutin -sí, sí, esos zapatos de tacón imposible con la base en color rojo-, cuando realmente son unos Amancio Ortega. Podemos parecernos a las actrices de Hollywood, pero lo único que hemos conseguido es perder nuestra propia personalidad en el vestir. Nada muy grave, por supuesto, pero para quien la apariencia es un reflejo de su personalidad, puede ser un poco más relevante. Es cierto que lo original puede ser más caro, pero inspirarse es gratis.
Y para ello, no hace falta moverse mucho de casa, basta con haberse acercado durante estos días a la pasarela South. Un encuentro de diseñadores, prácticamente desconocidos, pero que se salen de lo común. Con prendas originales, nuevas formas de ver las costuras, con diseños, más o menos bonitos, pero diferentes a los que vemos habitualmente. Un certamen cada vez más consolidado en la ciudad. Es cierto que, según los rumores, hay problemas de pagos y que, precisamente, hace unos días, uno de los proveedores más importantes de South se presentó allí para reclamar lo que se le adeuda... Pero más allá de la, buena o mala, gestión de los que están detrás, los verdaderos protagonistas son los diseños. Todo esto parece muy superficial, pero quién sabe si podemos salir un poco del letargo y el pesimismo, poniendo un poco de originalidad y alegría a nuestra forma de vestir. Por algo hay que empezar, no?