«Llevaremos a cabo las reformas cueste los votos que cueste»

El PP acometerá cuantas medidas y recortes sean necesarios, independientemente de la factura política que deba pagar por ello. La secretaria general popular, María Dolores de Cospedal, tomó prestadas ayer las palabras pronunciadas el 12 de mayo de 2010 por José Luis Rodríguez Zapatero que anticiparon la debacle socialista del 20-N. «Se tomarán las medidas necesarias cueste en votos lo que cueste», afirmó Cospedal. «Hoy -añadió- no se gobierna para ganar elecciones. Hoy se gobierna para salir de la situación en la que estamos. Hoy gobernar es decir a los ciudadanos lo que está pasando, tomar las medidas necesarias y aplicarla».

La también presidenta de Castilla-La Mancha fue la encargada de inaugurar ayer el campus de verano de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), un acto en el que estuvo acompañada por el expresidente José María Aznar.

Cospedal reconoció «los tiempos duros» por los que atraviesa España debido a una crisis que es «mucho más intensa de lo que muchos esperaban o esperábamos». La dirigente del PP se escudó, no obstante, en la herencia recibida tras ocho años de Gobierno socialista: «Lamentablemente, el pacto de estabilidad al que se llegó estando José María Aznar en el Gobierno fue incumplido con demasiada rapidez y hoy vemos que, de haberse cumplido, seguramente no estaríamos de la misma manera».

Cospedal aprovechó la ocasión para destacar la mayoría absoluta de la que goza el Partido Popular y el dominio que mantiene sobre buena parte de los ejecutivos autonómicos tras las últimas elecciones. No dudó en mantener el discurso del presidente del Gobierno y destacó la voluntad del PP por mantener un diálogo abierto que lleve a consensos en el Congreso y en el Senado.

Estas palabras, sin embargo, fueron seguidas por la advertencia de que desde el Ejecutivo no se admitirán interferencias a la hora de llevar a cabo su programa reformista. «La garantía y la ventaja que tiene hoy la situación política española es que tenemos un Gobierno que cuenta con una mayoría parlamentaria suficiente como para poder hacer todo aquello que los ciudadanos le demanden», apuntó.

Lo cierto es que los primeros meses de Gobierno de Mariano Rajoy, jalonados con reformas como la laboral, la subida del IRPF o los recortes en sanidad y educación han supuesto según el Centro de Investigaciones Sociológicas un retroceso en el apoyo electoral del PP.

Según el barómetro publicado en mayo, los populares recibirían ahora el 40,6% de los votos, cuatro puntos menos que en las elecciones generales. Sin embargo, el PSOE no capitaliza este descenso y apenas lograría un respaldo del 29,6% del electorado, apenas un punto por encima de sus resultados en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre.

Apoyo incondicional

El expresidente del Gobierno José María Aznar manifestó ayer su absolutó respaldo a la política económica y de reformas que está llevando el Ejecutivo en sus primeros meses de gestión. Aznar destacó que «no hay mejor manera de servir a España que ayudar al Gobierno sin reserva».

Este petición de cerrar filas contrasta con las opiniones vertidas en el mismo auditorio en los años bajo mandato socialista. En 2011, el exjefe del Ejecutivo mostró su deseo de que el país tuviera al frente un presidente decidido a revertir «la pésima herencia económica, política e institucional socialista». También deseó entonces «un Gobierno serio, solvente, eficaz, responsable y también patriota». Ayer, en cambio, llamó al sentido de la responsabilidad para «manifestarse en una disposición permanente de ayuda».

José María Aznar, a quien durante los ocho años de oposición popular se le llegó a considerar alejado de Mariano Rajoy, brindó un explícito apoyo al ahora jefe de Gobierno. «No hay ocasión ni para el arbitrismo, ni para el populismo, ni para el radicalismo, ni para gesto alguno que pueda dañar la base electoral que es indispensable para que España, liderada por el Partido Popular y su Gobierno, pueda hacer lo que debe hacer», afirmó el expresidente.