Mariano Rajoy, en la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo. :: HORST WAGNER / EFE
Economia

Rajoy elude el triunfalismo para no agraviar a Merkel

El presidente descarta pedir al fondo de rescate que compre deuda española y no desvela si subirá el IVA en las próximas semanas

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy, el día en que la prensa europea otorgó a España e Italia el título de indiscutibles vencedores en esta decisiva cumbre, eludió cualquier gesto triunfalista que pudiera incomodar a Angela Merkel, su socia natural en la UE. «Es un triunfo para el euro», espetó el presidente del Gobierno, que no quiso desvelar ni cómo ni cuándo se forjó su alianza táctica con el primer ministro italiano, Mario Monti, principal contrapeso al discurso de la canciller alemana.

Rajoy se siente más cómodo del lado de Merkel, porque es un convencido de que la austeridad es la llave del crecimiento económico. De hecho, reiteró públicamente su compromiso irrenunciable con la consolidación fiscal y el saneamiento de las cuentas públicas. Tranquilizó a su principal valedora adelantando que en los próximos meses aprobará nuevas reformas y ajustes, aunque sin concretarlos.

Rajoy, durante la rueda de prensa que ofreció tras el Consejo, dio la impresión de sentirse incómodo y huidizo ante cualquier alusión al supuesto éxito de España en la cumbre. Ni siquiera hizo una valoración política. Se limitó a echar balones fuera. Una vez más, dejó abierta la puerta a cumplir con algunas de las recomendaciones de la UE y de otros organismos internacionales, como la de subir el IVA. «Cuando hayamos tomado una decisión al respecto se la comunicaremos», le espetó a un informador.

Una apuesta por la mesura que le llevó a negar que se pudiera calificar de presión el bloqueo que Italia y España impusieron en la madrugada del viernes al pacto por el crecimiento que había perfilado el Consejo Europeo. Y que solo levantaron cuando se dio luz verde a la recapitalización directa de la banca sin el aval de los gobiernos y se aprobó permitir que los fondos de rescate europeos vigentes (FEEF/MEDE) puedan comprar deuda soberana a los estados miembros.

Satisfecho

Rajoy, que explicó al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, el alcance de los acuerdos durante una conversación telefónica, se va de Bruselas satisfecho pero no eufórico. Además de recalcar que queda mucho camino por recorrer, la mesura del presidente puede esconder las dudas sobre si la recapitalzaición directa de la banca conlleva algún tipo de contraprestaciones macroeconómicas para los países que la soliciten, extremo que se apresuró a desmentir.

Con esta actitud, el presidente español parece que ha aprendido la lección tras las críticas que recibió hace un mes cuando vendió como un éxito de su gestión la concesión por parte del Eurogrupo de una línea de crédito hasta de 100.000 millones para la banca. Llegó a decir entonces que el Eurogrupo no le había apremiado para que solicitara el rescate sino al contrario: que había sido él quien había presionado.

Rajoy llegó al Consejo Europeo reclamando «medidas concretas y urgentes» para aliviar los problemas de financiación. Sin embargo, una vez abierta la posibilidad de comprar deuda soberana de los estados en problemas, respondió con un rotundo «no» a la pregunta de si España iba a ser el primer país en aprovechar esta nueva herramienta.