Sociedad

«Para describir la realidad hay que reinventarla»

La escritora Herta Müller, premio Nobel en 2009, cree que la literatura «es la mejor herramienta para saber de qué va la vida»

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El 10 de diciembre de 2009, Herta Müller fue condecorada en Estocolmo con el Nobel de Literatura. Nacida en Rumanía en 1953, su obra narra la vida bajo la tiranía del dictador Ceaucescu y encarna en buena parte el destino de la minoría alemana en los países del centro de Europa que, al final de la Segunda Guerra Mundial, a menudo pagaron por partida doble las culpas del nacionalsocialismo.

Como se dice comúnmente, las ha visto de todos los colores. Y sin embargo, ella, que se enfrentó a la tiranía de una de las dictaduras más férreas del antiguo bloque soviético, que recibió amenazas de muerte por parte de la Securitate, que soportó la carga de tener un padre que había pertenecido a la SS, que tuvo que huir de su país, vivir en el exilio y por tanto sufrió algunas de las grandes tragedias del siglo XX, no es capaz de comprender la desgracia que azota Europa en forma de crisis del euro, primas de riesgo y presión sobre las deudas soberanas. «Intento que me lo expliquen, pero no domino el tema de la geopolítica y las finanzas», afirmó ayer en Barcelona. «Esta crisis nos supera a todos porque no entendemos qué esta pasando», añadió. La autora de 'En tierras bajas' dejó claro que lo suyo no es la economía; su especialidad es la literatura, la mejor herramienta, a su juicio, para conocer de qué va la vida, su principal preocupación desde muy joven.

El comité del Nobel justificó su decisión aludiendo a la habilidad de Müller para dibujar los paisajes de los desposeídos a través de la concentración de su poesía y la franqueza de su prosa. «Aquello que ha ocurrido en realidad no puede ser capturado con fidelidad por las palabras. Para describirlo hay que cortarlo a la medida de las palabras, hay que reinventarlo completamente», afirmó. Y esa reinvención en Müller casi siempre viene acompañada de metáforas. Con su lenguaje sencillo pero cargado de fantasía, la escritora germana consigue proyectar complejos estados de ánimo y emociones en forma de intensas imágenes, como por ejemplo, la del título de su volumen de poesía 'El diablo está en el espejo'.

En 1992, Müller irrumpió en la escena literaria de la Alemania reunificada con la novela 'La piel del zorro', en la que hizo un despiadado ajuste de cuentas con la Rumanía de Ceaucescu. En la novela 'Hoy hubiese preferido no encontrarme' habló posteriormente de sus experiencias personales en el conflicto con el servicio secreto rumano. En la obra, una mujer joven hace una retrospectiva de su vida mientras se dirige en tranvía a un interrogatorio. Cuando en 2009 ganó el Nobel, en su Rumanía natal hubo división de opiniones. «No soy rumana y a muchos rumanos les hubiera gustado que le dieran el premio a un rumano de verdad, no al de una minoría lingüística del país», afirmó. Y es que Müller cree que en Rumanía, «país con un futuro incierto», aún hay una cierta persecución política. De ahí que Müller, que tiene la sensación de no pertenecer a ningún mundo, no piensa volver al lugar donde dio sus primeros pasos. «En Alemania me siento en casa, no es necesario vivir donde uno nace», concluyó.

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) expone hasta el 1 de julio la trayectoria de la Premio Nobel de Literatura de 2009 en la muestra 'Herta Müller : El círculo vicioso de las palabras'.