El comisario europeo Olli Rehn habla con De Guindos, el pasado viernes. :: NICOLAS BOUVY / EFE
Economia

Bruselas vigilará «de cerca» los ajustes en España tras recibir la petición de rescate

De Guindos solicita formalmente «asistencia financiera» y abre el proceso para fijar unas condiciones con supervisión del sector

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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«Tengo el honor de dirigirme a usted en nombre del Gobierno de España para solicitar formalmente asistencia financiera». Así arranca la carta suscrita por el ministro de Economía, Luis de Guindos, con la que el Ejecutivo puso en marcha ayer el proceso para rescatar a la banca con respaldo de la UE. La petición explícita de ayuda, remitida al Eurogrupo, supone que en unos días los inspectores comunitarios acudirán a Madrid para examinar el sector financiero antes de fijar las condiciones. Pese a que estos requisitos solo afectarán a las entidades, Bruselas recordó que vigilará «de cerca» los esfuerzos con las reformas y en la reducción del déficit.

Siguiendo el acuerdo alcanzado con sus socios del euro el pasado jueves, De Guindos cumplió con el primer trámite para acceder a las ayudas. El ministro envió al presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, una misiva en la que confirmaba la intención del Gobierno de recapitalizar la banca con inyecciones comunitarias. En un breve texto de cuatro párrafos, subraya que «las autoridades españolas ofrecerán todo su apoyo» para concretar cuanto antes las condiciones de la línea de crédito. El objetivo del Gobierno es que el memorando de entendimiento -el contrato que rubricará con la UE a cambio de los fondos- esté listo para su aprobación en la cumbre de titulares de Finanzas prevista para el 9 de julio.

De Guindos no precisa el montante final del rescate, pero indica que las auditorías independientes «se deberían tener en cuenta como punto de partida». Estos análisis establecen unas necesidades máximas de 62.000 millones frente a los 100.000 de la UE. La carta también revela que el Ejecutivo no pierde la esperanza con las inyecciones directas al sector. Aunque admite que el FROB será el destinatario de las ayudas, insiste en que no deben olvidarse modificaciones que «puedan decidirse en el futuro».

Las reglas en vigor de los dos fondos de rescate, la doble herramienta que se empleará para captar liquidez en los mercados y bombearla al FROB, dejan claro que solo los Estados pueden recibir las ayudas. El Gobierno, sin embargo, mantiene la presión para que se cambie la normativa y el peso de las recapitalizaciones no caiga sobre las cuentas públicas, lo que provocaría un aumento de la deuda hasta el 90% del PIB. La Comisión Europea y el FMI respaldan las tesis españolas, pero Alemania se opone frontalmente.

El Eurogrupo y el Ejecutivo comunitario mostraron su satisfacción por la petición formal del rescate. El presidente del club de la moneda única constató únicamente la materialización de un paso pactado de antemano, mientras que Bruselas aprovechó para recordar los límites del campo de juego que se abre a partir de ahora. El comisario de Economía, Olli Rehn, remarcó que las condiciones se ceñirán al sector financiero, pero dio a entender que España ha entrado en una fase de mayor vigilancia global. El responsable finlandés pidió al Gobierno que «mantenga la misma determinación con las reformas para generar un crecimiento sostenible y crear más y mejores puestos de trabajo».

Rehn se refirió a la necesidad de que España respete los «compromisos» adoptados en el camino para la reducción del déficit. En esta lucha por equilibrar las cuentas, el Gobierno todavía tiene pendiente la oferta de Bruselas para ampliar un año más -hasta 2014- el plazo para situar los desfases públicos por debajo del 3%. La Comisión reclama a cambio de la flexibilización un plan de ajuste bianual, no bajar la guardia con la reforma laboral y un estricto control del gasto de las comunidades. Mientras, Rehn enfatizó que supervisarán «de cerca» los esfuerzos españoles y revisarán su evolución «regularmente» para prevenir cualquier tipo de desviación.

Chipre pide el rescate

Chipre se convirtió oficialmente ayer en el quinto país que pide socorro a la Unión Europea. Coincidiendo con la solicitud formal de España, el Gobierno chipriota también anunció que había remitido una carta al Eurogrupo reclamando un salvavidas para su sector financiero.

Lastrado por su exposición a Grecia, el segundo banco del país necesitaba captar antes del viernes 1.800 millones de euros para hacer frente a sus necesidades de recapitalización.