España marca el paso ante todos los rivales

A Laurent Blanc le está cayendo lo que no está escrito. Que si ha traicionado su filosofía, que si mucho querer ser como España y luego se arruga y juega como un equipo pequeño, que fue cobarde... y a los jugadores otro tanto. De hecho, Nasri llegó a citarse con un periodista de France Press para partirse la cara. Le preguntó el periodista una valoración del partido y el centrocampista galo se fue a por él directo: «¿Para qué, para que escribas mierda? No paras de buscar problemas. Vete a la mierda». Le dijo otra cosa en vez de mierda, («a tomar por c..»), pero es para suavizarlo. El de France Press no se achicó y le contestó un «piérdete» muy fino, suficiente para que el jugador se revolviese definitivamente: «Si tienes algún problema salimos ahí fuera y lo resolvemos inmediatamente», le amenazó directamente al redactor francés.

Viene todo a cuento de que Blanc había iniciado una nueva etapa en Francia: jugaba con mucha gente ofensiva, con valentía, buscando el balón para jugarlo tocando y yendo arriba para enlazar con toda la gente de talento que tiene (Ribéry, Benzema, Nasri, Ménez...). Todo eso había ilusionado a la afición francesa, que pensaba que con los buenos jugadores que tienen podían conformar de nuevo un conjunto de poderío mundial.

Sin embargo, ante España Blanc se rajó: sacó mamotretos en el centro del campo y sacrificó a Nasri y Ménez. Se echó atrás, jugó en función de España, y perdió igualmente, dejando una sensación de nadería y falta de compromiso realmente preocupante. Ayer, la prensa francesa le destrozaba a mordisco limpio. No dejaron ni los huesos.

Trabajo del ojeador

En realidad, Francia no es la única. Todos lo han hecho. Italia modificó su esquema (aunque ha sido la que menos lo ha hecho), Irlanda también y, sobre todo, Croacia. Del Bosque se refirió a ello señalando: «Sí, es verdad que casi todos han cambiado su sistema para enfrentarse a nosotros jugando más atrás, con gente más defensiva pero, si quieren que les diga la verdad, a nosotros nos viene bien. Cuanto menos quieran atacar mejor, porque así podemos dominar los partidos con más tranquilidad y eso es bueno para nuestro estilo de juego».

Ayer, Paco Jiménez, el ojeador del seleccionador nacional, tenía una sensación agridulce. Primero porque opinaba como Del Bosque: que eso venía bien a España pero, por otro lado, le daba la sensación de que todo su trabajo era inútil porque él, que ve a todos durante muchos partidos, da un informe y luego los rivales salen con otro sistema diferente del que él le explica al técnico. El bueno de Jiménez lo explicaba así: «Como analista estás viendo a un equipo seis partidos, y que luego, cuando juegas contra ellos, te cambien todo el esquema, te deja muy sorprendido. Sin ir más lejos, frente a los franceses, Reveilleire no había jugado en todo el torneo, jugó y le pusieron a otro lateral como Debuchy delante. Y Diarra lo mismo, había sido titular indiscutible todo el campeonato y ayer (por el sábado) le quitaron. O pongamos el ejemplo de Croacia: juega siempre con dos puntas y aparece uno cuando les iba fenomenal con dos. Todo eso es sorprendente».

Resulta mucho más insólito cuando oyes las explicaciones que daba el mismo Blanc: «Si tienes un 30 o 35% de posesión de balón, que es el que te deja España, es muy difícil que teniendo el esférico tan poco tiempo en nuestro poder les hagamos un gol». De hecho, hay que recordar que España es el equipo menos goleado del torneo pues en cuatro partidos ha recibido un solo gol, el del primer partido que le marcó el italiano Di Natale a Iker Casillas.

Eso sí, una cosa parece segura. Ante Portugal no habrá sorpresas porque ellos juegan al contragolpe per se, desde el primer día. Balones largos a Nani y Cristiano Ronaldo y allí se las apañen ellos. Ahí sí que no va a haber novedades.