Cristóbal Romero e Inmaculada Castro en el local de 'La Factoría', su negocio de moda, fotografía y arte. :: L. V.
Sierra

Emprender en pleno chaparrón

Muchos buscan en el autoempleo la forma de recuperar el trabajo perdido y algunos jóvenes inician así un nuevo camino profesional Unas 120 personas abren negocios en Arcos en el último año

ARCOS. Actualizado: Guardar
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Ahí fuera hace frío, diluvia y no apetece salir de casa aunque acabamos de entrar en el verano. La economía no invita a ser valientes a los emprendedores que sueñan con ser pequeños y medianos empresarios, el auténtico motor del país, y por el contrario está llevando a mucha gente a quedarse parado en casa a la espera de que el ciclo económico, eso que controla la mano negra del mercado, cambie y el empleo empiece a llover del cielo. Mientras, muchos van estirando y tratando de prolongar las prestaciones por desempleo y las ayudas sociales.

Pero hay luz al final del túnel y hay materia prima entre los gaditanos para tirar adelante. Arcos es un ejemplo de municipio duramente castigado por la crisis. La dependencia total del ladrillo ha sumido a la localidad en una situación tan tremenda que más del 20% de los arcenses se encuentran en paro, la tasa de la Encuesta de Población Activa es mucho mayor e incluso supera el 30%. Una auténtica catástrofe que está provocando situaciones de extrema necesidad en muchas familias.

«¿Tú estás loco? ¿Cómo te vas a meter en algo así con la que está cayendo?». No extraña que, teniendo en cuenta estos datos y viendo la de persianas que se bajan cada día para no levantarlas más, esta sea la pregunta que más repiten los familiares y amigos de aquellos que entienden que incluso en plena crisis hay que buscarse las habichuelas y arriesgar para conseguir algo. No son pocos, aunque extrañe, y solo en Arcos hay más de 120 personas que en el último año han decidido abrir las puertas de un nuevo negocio, según apunta el Ayuntamiento, buscando muchos de ellos la oportunidad laboral que no les llega o la que su empresa de siempre les ha robado al mandarlo a las listas del paro.

Miguel Murga es uno de esos arcenses que, tras 20 años de servicio en su empresa, con unos resultados de trabajo excelentes, ha visto como la guillotina también ha caído sobre su cabeza. «No se hacer otra cosa que vender coches y el día que prescindieron de mí me quería morir», así lo reconoce en la sede de lo que ahora es su nuevo negocio y su nuevo reto personal. Se tragó el orgullo herido y se puso a buscar una oportunidad que finalmente le llegó. Actualmente es el propietario de un concesionario de coches, ubicado en la zona de las Palomas de Arcos, donde se venden vehículos de ocasión y hasta siete marcas directamente de fábrica.

La Factoría

Jóvenes sobradamente preparados pero a los que el mercado laboral no les deja ni un pequeño hueco donde meterse. Ese es el guión que, muy a su pesar, cumplen Inmaculada Castro y Cristóbal Romero. Dos amigos de toda la vida que tras cursar fuera de Arcos sus estudios de fotografía y geografía, respectivamente, decidieron luchar por un proyecto común, un sueño, y tratar de salir adelante aunque la oscuridad del túnel no deje ver la luz del final.

Ellos están dispuestos a ponerse un casco de minero, con una linterna, si es necesario, para sacar adelante un proyecto innovador que refleja fielmente las inquietudes de dos personas muy creativas. 'La Factoría. Shop+Photo+Art' no es la tienda al uso, combina ropa de moda con un estudio de fotografía y otro de pintura muy peculiares. «Aquí huimos de la fotografía típica», destaca Inma, la responsable de sacar partido a aquello que Niepce, Daguerre y otros se empeñaron en hacer para captar el alma de los humanos.

Pero la 'Factoría' no se queda en solo eso, porque no solo ofrece artículos a precio accesible sino que Inma y Cristóbal traen ideas nuevas acerca de lo que tiene que ser una tienda, convirtiéndola en un lugar de encuentro entre sus amigos y clientes. Aquí se puede intercambiar libros, disfrutar de exposiciones artísticas y comprar obras de arte, poner a los niños a crear en su zona infantil o sentarse a charlar en el saloncito que han montado al entrar en su local de la calle Carlos Saura.

Ambos proyectos tienen detrás el esfuerzo personal y familiar por tratar de que los vientos que llegan dejen de hacerlo de frente y ayuden a tomar impulso. En el caso de Murga el esfuerzo familiar irá mucho más allá y en pocos días su mujer, María José, será la propietaria de una nueva tienda de ropa que abrirá en el centro de Arcos. Los dos negocios son ejemplos de los más de un centenar de emprendedores arcenses que se han propuesto que las persianas no se queden bajadas y que día a día se tengan que engrasar para seguir abriéndose a un futuro mucho mejor.