Fidel Castro se moderniza

Hasta hace un par de semanas, de Fidel Castro se podía decir de todo menos que se expresara con brevedad. Sus discursos eran maratonianos, sus intervenciones en televisión cuando estaba en plena forma implicaban cambios enormes en la programación y desde que se retiró y está convaleciente publicaba 'Reflexiones' de dos páginas de periódico. Pero cuando el mundo vive pendiente de los 140 caracteres de Twitter, el exmandatario comunista se moderniza con mensajes brevísimos de unas 60 palabras que a veces parecen jeroglíficos.

Estrenó este formato el 10 de junio. «¿Qué son los FC?» fue el título y solo apareció en el portal digital Cubadebate. Sin una respuesta exacta, y puesto que no posee ningún 'Fútbol Club', lo más lógico parecía pensar que se refería a sus iniciales, con las que firmaba memorandos o notas de uso interno. «Constituyen un método con el cual trato de trasmitir los modestos conocimientos adquiridos durante largos años y considero útiles para los funcionarios cubanos responsabilizados con la producción de alimentos esenciales para la vida de nuestro pueblo, una tarea que comparto gustosamente con Talía González, vieja amiga de los tiempos de Elián González», explicó finalmente.

No se le puede negar que, a punto de cumplir 86 años, el comandante atesora muchos conocimientos. Es sabida su afición por 'devorar' informaciones y se le conoce como un lector empedernido. Las 'minirreflexiones' también se publicaron después en los medios impresos. Elogió a Erich Honecker, líder de la antigua República Democrática Alemana (RDA), quien «pagaba amargamente la deuda contraída por aquel que vendió su alma al diablo por unas pocas líneas de vodka». ¿A quién se refiere? Pudiera ser a los expresidentes Mijaíl Gorbachov o Boris Yeltsin.

El exmandatario cubano también recordó al boxeador Teófilo Stevenson, una gloria nacional, tras su repentina muerte. Y sugirió que Alberto Juantorena, otro gran deportista, debería presidir el Comité Olímpico Cubano.

El convaleciente hermano del presidente Raúl Castro habla de las bondades del yoga -sin explicar si lo practica- y de que Cuba debería producir «Moringa Oleífera y Morera, que son fuentes inagotables de carne, huevo, leche, fibras de seda que se hilan artesanalmente y son capaces de suministrar trabajo a la sombra y bien remunerado, con independencia de edad o sexo». Además, sacó a relucir que las relaciones con Deng Xiaoping, líder de la apertura en China, no fueron buenas. «Presumía de hombre sabio y sin duda lo era. Pero incurrió en un pequeño error. 'Hay que castigar a Cuba', dijo un día. Nuestro país nunca pronunció siquiera su nombre. Fue una ofensa absolutamente gratuita».

Los comentarios de Fidel dan lugar a dobles lecturas. Mientras algunos aprecian un apoyo a las 300 reformas impulsadas por su hermano menor para «actualizar» la economía de la isla, otros descubren una advertencia para que los cambios no crucen la línea hacia el capitalismo.

No falta tampoco quien vea en sus textos acertijos sin sentido. Un observador de la realidad nacional apuntó a este diario que el comandante está mostrando que «tiene un pensamiento tan joven como para entrenarse en la red social Twitter. Creo que sintetiza el conocimiento de ocho décadas para alertar al mundo».