La hermandad de la desesperación
Echa en cara a la Junta el no haber cumplido los compromisos y ahora las deudas están a punto de hacer desaparecer una entidad bicentenaria Vera Cruz se enfrenta a denuncias por la falta de pagos de su escuela taller
SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar«En nombre de la Venerable Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y Nuestra Señora del Mayor Dolor a la que represento como hermano mayor me dirijo a ustedes, suplicando su apoyo en el difícil momento que atraviesa esta bicentenaria corporación». Es el grito de auxilio ahogado que le sale a Rafael Valverde, hermano mayor de Vera Cruz. La entidad firmó la creación de una Escuela Taller con la Junta de Andalucía para restaurar la Capilla donde reciben culto sus imágenes Titulares desde 1784. Cuando llegó el momento de recibir el último plazo de la subvención por parte de la Junta comenzaron los retrasos, llegando la hermandad a verse obligada a pedir prestado entre sus miembros para poder abonar los sueldos de los alumnos correspondientes al mes de diciembre, y así se solventaron al menos las Navidades.
Pasaron los meses y la escuela terminó sus lazos de actuación, quedando la Capilla sin terminar por falta de materiales y el resto de los sueldos, hasta mayo, sin abonar. «Nos enfrentamos a las denuncias que ya han anunciado los alumnos y los profesores. Todos han arremetido contra la Hermandad. Evidentemente, la dirección de la Escuela y el profesorado no van a encaminar sus denuncias hacia la Junta de Andalucía, ya que podría volverse esta acción 'en su contra' de cara a futuras Escuelas Taller».
Cierre a la vista
La hermandad, que en ningún momento ha descuidado su labor social, está económicamente a cero. Debe aún parte del presupuesto de restauración del techo de la capilla, obra que no cubría la Escuela pero que era necesaria para comenzar los trabajos en su interior (restauración de muros, altares, solería).
Además, para colmo de males, el almacén donde se guardan los enseres de la Cofradía se viene abajo. Las vigas están comenzando a ceder y ya se han visto obligados a mudar todo a la Capilla.
«Estamos en una situación desesperada. Se está conformando una plataforma de devotos y vecinos, así como de cofrades de toda la ciudad para intentar hacer llegar nuestro problema donde haga falta, pero lo real, lo verdaderamente doloroso es que, debido a decisiones políticas, una entidad de esta antigüedad se vea abocada a cerrar sus puertas y dejar de realizar sus tradicionales actos de culto, un culto que no se ha visto interrumpido en 230 años de historia».
Conscientes de que pueden surgir comentarios maliciosos sobre la situación que padecen, los hermanos se enfrentan a ellos con la cabeza alta y la intención de hacer lo que sea para evitar que la entidad desaparezca. «A mí mismo se me hace difícil pedir por un problema como éste con la que está cayendo pero, precisamente por eso me atrevo a exponerle los problemas de una hermandad que sabe, por sus propias actuaciones benéficas, lo que es el hambre, la necesidad, el paro y la soledad, problemas que vivimos de cerca en nuestro barrio».
La Hermandad se preocupó de una veintena de jóvenes para que tuvieran una formación. Ahora resulta que la administración incumple la última parte del pago, no pudiéndose abonar sus nominas así como la seguridad social e impuestos. «Los políticos que se comprometieron a asesorarnos en todo lo concerniente a dicha Escuela nos dan la espalda, cayendo la hermandad en un tsunami, que si nadie lo evita será capaz de llevársela por delante».